Ya estaba la hermandad de la Sentencia en Santiago cuando Emilia Villegas Robles, viuda de Manuel Romero de la Bandera, donó una imagen de la Virgen María que presidía el oratorio particular de su casa. Corría el año 1938 y aquella talla entonces inmaculadista, se convirtió en titular de la incipiente corporación penitencial, nacida tan sólo nueve años antes en el barrio de la Trinidad. La Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos lleva 75 años en Málaga y su hermandad, ayer, hizo extraordinaria la tradición para conmemorar tan significada efemérides.

Trono nuevo, manto nuevo, nuevo estandarte. El trabajo de varios años de sacrificio e ilusión para honrar a su titular, que ayer volvió a salir en rosario de la aurora por las calle de la feligresía, como ha hecho durante los tres últimos lustros de forma ininterrumpida el último domingo de octubre, aunque esta vez ampliando su itinerario hasta la Catedral y contando con la excepcional presencia de la banda de música del Maestro Tejera, que por primera vez participaba en una procesión en Málaga, bordando la música procesional.

La comitiva salió de Santiago a las 7.45 horas en dirección al primer templo. Tras el cortejo de cirios, la Virgen del Rosario, luciendo el manto que ya había estrenado en sus cultos de primero de mes, cuando presidió el altar mayor de su sede canónica. Una obra en tisú celeste bordada en oro por el taller de Salvador Mendoza y Salvador Aguilar. Además, vestía la saya rosa de procesión de Joaquín Salcedo.

Iba sobre la elevada peana de su trono, una obra de orfebrería de los talleres Montenegro, de Fuengirola, según diseño de Miguel Ángel Martín Cuevas. El exorno floral, muy sutil, estaba integrado por rosas, fresias y orquídeas, todo en color blanco.

Sobre las nueve de la mañana, bien entrado ya el día debido al cambio horario, llegó el cortejo a la Catedral. Allí se celebró una solemne eucaristía, presidida por el deán del cabildo, Alfonso Fernández Casamayor. El trono se situó en la puerta del Postigo de los Abades.

Procesión triunfal

A las once volvía a salir a la calle, con la incorporación de la banda de Tejera, en una procesión triunfal que adoptó un itinerario laberíntico, para llevar a la Virgen por calles por las que habitualmente no pasa. En el Patio de los Naranjos sonó la nueva marcha de Sergio Bueno, Reina del Santo Rosario. En el recóndito recorrido por calles como Torre de Sandoval y Bolsa (que tanto están sonando desde el Mater Dei para que formen parte de un hipotético nuevo recorrido oficial de la Semana Santa), ganó mucho la imagen de Gutiérrez de León. Lo mismo que en la calle Nueva, con Virgen de Subterráneo, de Gámez Laserna, para salir de esta vía. Alma de la Trinidad, la obra de Eloy García que Tejera tocara por primera vez en un concierto en San Pablo en 2004, sonó en la plaza de la Constitución y la Sangre y la Gloria, para entrar en la calle Beatas.

Cuando la procesión llegó a la plaza de Jesús Castellanos, a pocos metros del final del rosario de la aurora, se celebró el acto de bendición de un nuevo retablo cerámico de la Virgen en la fachada de un edificio, junto a otro mosaico ya existente del Señor de la Sentencia.