El grueso de fastos por el décimo aniversario del Museo Picasso ha pasado felizmente, e incluso a último hora tuvo lugar, fuera de programa, un homenaje al gran actor italiano Alberto Sordi, protagonizado el pasado sábado por alcaldes y altos cargos del PP.

No teman, si la Junta estuviera en manos populares, un servidor está seguro de que alcaldes y altos cargos socialistas habrían puestos los cinco sentidos en homenajear con idéntica entrega al gran actor de comedia italiano. En España, la capacidad de indignación política ante las injusticias solo amaina de un plumazo cuando gobiernan los tuyos, así que el show está garantizado en Málaga, por lo menos, hasta las próximas elecciones autonómicas.

Y finalmente no pudo ser. Desde la pasada celebración del Mater Dei, cuando las cofradías recorrieron el Centro de Málaga en un día excepcional, el Ayuntamiento ha tenido un mes para retirar los goterones de cera de la calle San Agustín, donde se encuentra el museo. Renegridos por el paso del tiempo, estas gotas daban a la calle una apariencia mugrienta. En un esfuerzo sin precedentes, nuestro Consistorio no ha sido capaz en cuatro semanas de enviar una cuadrilla de dos personas para que, en el fin de semana en el que el Museo Picasso celebraba sus primeros diez años, la calle, que no es precisamente la interminable avenida de Velázquez, estuviera limpia de manchas.

Resulta paradójico que, la misma semana que nuestro alcalde publicitaba con tesón el concepto de Málaga ciudad inteligente en Japón y Corea (del Sur), la gestión de la limpieza evidenciara tan pocas luces o como mínimo, un inoportuno apagón.

Y como la política malagueña a veces da la impresión de que se rige por los mismos parámetros que las hinchadas futboleras, no es gratuito imaginar qué habría pasado si el Museo Picasso hubiera estado gestionado por el Ayuntamiento y no por los rivales.

Recordemos que, hace una década, en los planos turísticos que se instalaron por el Centro, el Consistorio no tuvo el detalle de incluir el Museo Picasso, la principal instalación cultural de la ciudad. Un olvido lo tiene cualquiera.

Con el museo en manos municipales ¿habría estado la calle San Agustín comida de porquería en un aniversario tan importante? Es tal la calidad que en general irradia la clase política autóctona que podemos concluir que no y lo mismo acertamos. Hay más cera de la que arde.

Feliz aniversario.

Regreso al Molinillo | El próximo jueves, a las 21.30 horas, se trasladará en procesión hasta su sede canónica, la parroquia de la Virgen Milagrosa y San Dámaso Papa, la imagen de Nuestra Señora de la Piedad, la única imagen titular de las cofradías que se mostraba en la exposición de El Legado de Nuestra Fe.

La procesión recorrerá las calles Muro de San Julián, Tejón y Rodríguez, Carretería, Álamos, Mariblanca, Montaño, Plaza Montaño, Guerrero, Plaza Stmo. Cristo de la Sangre, Parras, Cruz del Molinillo y Almona.