La plaza Leonardo da Vinci, en la urbanización Miramar del Palo II (Echeverría) no es impermeable, gotea hasta formar, en algunos puntos, torrenteras. Pero en lugar de alimentar acuíferos subterráneos lo que hace es anegar y dañar seriamente el aparcamiento de la urbanización con 230 plazas que hay debajo.

Un paseo por esta plaza basta para detectar grietas y roturas de un tamaño considerable en las escaleras -la mayoría destrozadas-, así como en las jardineras.

Como explica Jorge Enrique Pérez, vecino de la urbanización, se trata de un problema «con el que llevamos 20 años», al tiempo que apunta que tiene vídeos «en los que se ve salir el agua por un tubo de la luz y por las rampas el agua corriendo como una catarata».

Las gestiones de los vecinos para que el Ayuntamiento arregle la plaza, que todavía no ha sido recepcionada por el Consistorio, han sido muy numerosas e incluyen denuncias al Defensor del Pueblo y el Defensor del Pueblo Andaluz. Ya en 2004, la comunidad de propietarios encargó un informe que concluyó que las armaduras de los techos de los niveles 1 y 2 estaban oxidadas «con un elevado grado de corrosión» y había necesidad de impermeabilizar las jardineras-bancos de la plaza, hechas de obra, y sanear la impermeabilización de la tela asfáltica de la plaza.

La plaza Leonardo da Vinci, por cierto, aunque tenga un parking privado subterráneo, está calificada por la Gerencia de Urbanismo como zona verde pública.

Las gestiones vecinales lograron que en febrero de este año la comisión de Urbanismo aprobara por unanimidad una moción del grupo socialista que pedía a la propia Gerencia de Urbanismo que realizara las obras en la plaza «a la mayor brevedad posible». La moción además hacía un repaso a los daños en el parking, resaltando las humedades que habían afectado a las pinturas, a las bovedillas de las cubiertas, «hasta su desprendimiento» y a la estructura del forjado.

Finalmente, la respuesta municipal se produjo con la presentación de un proyecto de rehabilitación que no contemplaba las jardineras, por lo que, tras las pegas de algunos vecinos, Urbanismo presentó en junio un proyecto que contempla jardineras en superficie, y no de obra, y bancos sujetos al suelo. Además, las escaleras serán sustituidas por rampas. El coste, 108.000 euros.

La segunda propuesta de Urbanismo fue aprobada por los vecinos de forma mayoritaria en una asamblea en julio y ahora critican que no hay más noticias de la obra.

De hecho, un vecino se pregunta si este dinero no haya sido ya desviado «para la construcción de las gradas del campo nuevo de San Ignacio», temor que también comparten otros propietarios del parking.

Un vecino informa además de que, en los últimos tiempos, han tenido que costear el cierre de las juntas de las pérgolas que adornan la plaza, otra vía de entrada de agua.

Lo que la comunidad de propietarios del parking reclama al Ayuntamiento es celeridad ante unas obras ya aprobadas y con presupuesto, lo que permitirá que, una vez acabadas, pueda arreglar el parking subterráneo.

La concejala de Málaga-Este, Carmen Casero, declaró ayer a La Opinión que el retraso se ha debido a la falta de acuerdo entre los vecinos, lo que ha retrasado varios meses las obras al tener que modificar el proyecto. «Nos hicieron una propuesta que encarecía el proyecto el triple», detalló. La concejala añadió que «hasta el 4 o 5 de agosto no trajeron el acuerdo de la comunidad, lo hemos mandado a la Gerencia y ahora están trabajando en la redacción del convenio». Carmen Casero negó que la partida acordada se haya utilizado en las obras del campo de San Ignacio. «No tiene absolutamente nada que ver, el compromiso existe de eliminar el peligro e intentaremos que se haga en este ejercicio y si no, será lo primero que se haga el que viene», planteó.