La Subdelegación del Gobierno en Málaga negó ayer ser responsable de «ninguna actuación ajena a su papel institucional» en la visita de la presidenta de la Junta. La Subdelegación insiste en que actuó «con arreglo al protocolo para todas las visitas institucionales» y negó que filtrara la información sobre dónde se alojaba Díaz. Lamentó que se cuestione «la rectitud y la profesionalidad» de sus responsables y de los funcionarios con «juicios de intenciones e insinuaciones que dañan su honorabilidad y son ajenas a la verdad». Así, la Subdelegación asegura que no era la única instancia que conocía dónde se iba a alojar Díaz, entre ellas las consejerías de Presidencia y de Justicia, además de la Policía autonómica. Añade que «desconocía los horarios privados» de la presidenta. El PSOE ha pedido la dimisión del subdelegado y la delegada del Gobierno en Andalucía si se confirma la filtración. Por su parte, Carmen Crespo reclamó al entorno de Díaz que se frene la «campaña de intoxicación orquestada por el PSOE» contra la Subdelegación.