Cada seis minutos se produce un ictus o accidente cerebrovascular en España. En Andalucía, se producen alrededor de 21.000 nuevos casos cada año. Se estima que un tercio fallecerá, mientras que de los supervivientes en la fase aguda, en torno a un 60% quedará con secuelas. Hoy se celebra el Día Mundial del Ictus y la Sociedad Española de Neurología quiere poner el acento en la prevención, pero también en la necesidad de reaccionar rápidamente ante los primeros síntomas, ya que el tiempo es vida en la batalla contra el ictus.

Esta patología supone la pérdida brusca de una o más funciones del sistema nervioso central por un defecto en el flujo de la sangre o de una hemorragia localizada. Se trata de la tercera causa de muerte en el mundo desarrollado, la principal entre las mujeres, y la primera causa de invalidez en el adulto.

Para Von Maravic, jefe de Neurología del Hospital Quirón Marbella, la prevención es «de capital importancia», de ahí que se recomienden hábitos de vida saludables como evitar el sedentarismo y las dietas con exceso de grasas y azúcares refinados, el tabaco y otros tóxicos, a excepción del vino, en dosis no mayores a dos copas al día en hombres o una en mujeres.

Por su parte, el doctor Carlos de la Cruz, neurólogo de Hospital Quirón Málaga, recalca la importancia de reconocer y reaccionar de forma rápida ante un Ataque Isquémico Transitorio (AIT) o ictus, cuyos síntomas pueden desaparecer incluso en minutos «y a los que no se da la importancia que tienen». Una atención adecuada en las primeras horas es vital, por lo que De la Cruz insiste en que «cada minuto cuenta a la hora de conducir el restablecimiento precoz del flujo cerebral y evitar secuelas, principalmente mediante el protocolo denominado código ictus y la aplicación de la técnica de la fibrinolisis».

Así, los síntomas más reconocibles son la desviación de la boca, la dificultad para hablar y la debilidad en la mitad del cuerpo, pero también puede cursar con mareo, problemas de visión, hormigueo o inestabilidad.