Aurora Arroyo, Carmen Sánchez y Lina García son para los niños y niñas ingresados en el Hospital Materno Infantil su abuela y sus titas. Estas trabajadoras son las responsables del jardín de infancia del centro y pertenecen al personal de enfermería. Hay algunos niños que tienen más confianza con ellas por la larga prolongación del internamiento y otros menos, porque sólo duermen en estas camas durante unos días.

Uno de los niños hospitalizados, Noel, tiene 10 años. Ayer estaba en la ludoteca jugando al Fifa 11 con su equipo preferido, el Real Madrid, pero hoy podrá dormir en su casa. El 4 de octubre un muro se le derrumbó encima provocando que su pierna izquierda se rompiera. Desde que tuvo el accidente ha asistido tanto a las aulas hospitalarias como a la atención a domicilio. Su madre explicaba ayer que Noel lleva bien la enseñanza fuera de la escuela y que posiblemente el 22 de noviembre, día que vuelven al hospital para la revisión, podrá volver a asistir a su colegio.

Noel hoy estará en su casa, pero los pequeños que se quedan en el hospital están esperando con ilusión la fiesta de Halloween. Ellos son algunos de los casi 1.700 niños que a lo largo del último curso escolar han recibido clases en el aula hospitalaria del Materno durante su ingreso, como informaron ayer la delegada de Educación Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Patricia Alba, y el delegado de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Daniel Pérez, que visitaron el centro.

Un convenio entre ambas consejerías permite que desde 1988 los niños y niñas hospitalizados no sufran una interrupción en su ritmo de escolarización. Actualmente este centro cuenta con 8 profesores, dos de ellos fijos en el hospital, otros dos que atienden a domicilio a los niños que no pueden ir a clase y los restantes cuatro profesionales son rotativos. El trabajo de estos últimos se va requiriendo según las necesidades de algunos niños. «Lo que buscamos es que estos niños en edad escolar tengan las mismas oportunidades que aquellos que sí pueden ir a la escuela», afirmó Pérez.

Alba, por su parte, informó de la nueva escuela infantil instalada en la cuarta planta (Oncología): «Queremos que los más pequeños también se vean integrados en los juegos que se puedan hacer a diario, ya que ambas administraciones se interesan en el cuidado de estos niños».

Teresa Aragón y María Dolores Galeote son las profesoras encargadas de estar en el centro. Su trabajo comienza antes del horario ordinario de cualquier escuela, debido a que lo primero que tienen que hacer es saber cuántos niños hay ingresados ese día, sus edades y la tarea de cada uno de ellos. «Nosotras nos ponemos en contacto con el colegio, ellos nos envían un documento con el programa de trabajo de cada niño y desde ahí empezamos. Aún estando en el Materno Infantil todos los niños siguen teniendo su tutor correspondiente dentro de la escuela», afirmó Aragón.

Por su parte, Galeote habló de su trabajo con respecto al estado de ánimo de cada niño: «Cada uno de ellos tiene una personalidad y unos tienen más motivación que otros en aprender. Nuestro trabajo también se basa en darles ánimos y, para ello, hacemos el aprendizaje de una forma más lúdica, con juegos».