El presidente del Partido Popular de Málaga, Elías Bendodo, admitió ayer que acciones como la que tuvieron lugar el pasado sábado en Málaga, tanto en un hotel de la capital como en el aniversario del Museo Picasso con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no deben volver a repetirse más, ni por parte del PP ni tampoco por el PSOE.

El también presidente de la Diputación de Málaga señaló que es «consciente» de que este tipo de actos, tanto por parte de los populares como de los socialistas, «por acción y por omisión», respectivamente, «nos alejan del objetivo de conectar con el ciudadano». «Todos tenemos que reflexionar sobre esto», sostuvo, incidiendo no obstante en que no se produjo «ni acoso ni violencia» por parte de los alcaldes del PP de municipios menores de 25.000 habitantes que reclaman a la Junta de Andalucía el pago de la deuda y que habían estado encerrados en la Delegación del Gobierno andaluz.

En todo caso, Bendodo recalcó que la intención de los regidores del PP «no fue incomodar a la presidenta ni violentar un acto tan significativo como el aniversario del Museo Picasso Málaga» y que sólo fue un acto «reivindicativo, se trataba de entregar una carta, recibiendo esa carta no estaríamos hablando de esto».

Por su parte, el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, reclamó al PP-A que no se comporte como un partido «antisistema», de manera que rectifique y pida disculpas públicas por el «acoso» al que fue sometida Díaz. Vázquez manifestó que ayer no habían recibido ninguna llamada del Partido Popular pidiendo disculpas por los hechos y expresó su preocupación por la «deriva radical» de esa formación, que ha «perdido los papeles y que está demostrando una falta de liderazgo alarmante».

Sobre este tema también se pronunció el secretario de Estado de Justicia, Fernando Román, que aunque eludió valorar el caso concreto del escrache a la presidenta de la Junta sí recalcó que el Gobierno considera que «la libertad de expresión no puede desempeñarse en concurso con actos de acoso o intimidación a las personas» y que esta manifestación general es «aplicable a cualquier tipo de situación».

Las críticas también llegaron al Senado, donde la socialista María de los Ángeles Marra Domínguez dijo no entender que que dirigentes del PP hayan comparando los escraches con el nazismo o con actos de ETA cuando después son alcaldes del PP los que los hacen, en este caso, a la presidenta de Andalucía. El Sindicato Unificado de Policía, por su parte, solicitó al vicepresidente de la Diputación, Francisco Oblaré, que se retractara por haberse referido a los escoltas de Susana Díaz como «gorilas».