Los trabajadores de Isofotón decidieron ayer en asamblea esperar a conocer las condiciones del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que presentará de forma inminente la empresa para decidir las acciones a seguir y si habrá algún tipo de movilización, según explicó el delegado del sindicato CSIF en la empresa, Miguel Ruiz. El nuevo ERE, según avanzó la empresa la pasada semana, afectará a los 299 trabajadores que quedan, a expensas de que saber cuál será la cifra final de afectados que salga del periodo de consultas con el comité de empresa.

Fuentes de la empresa precisaron también ayer que el ERE se presentará, casi con toda seguridad, la próxima semana y que está estudiando con los trabajadores que sea «abierto», para dar la posibilidad de que sean los interesados los que se adscriban al mismo.

Ruiz señaló que la plantilla está a la espera de confirmar este extremo ya que, de inicio, hay un colectivo de unos 50 trabajadores que podrían estudiar esa posibilidad si las condiciones e indemnizaciones que se ofrecen o pactan son consideradas suficientes.

«Primero tenemos que ver el expediente y estudiarlo para ver si las condiciones son propicias y de algún modo beneficiosas. Será entonces cuando convoquemos otra asamblea para decidir lo que hacemos», comentó.

La situación de los trabajadores es muy complicada, según recordó Ruiz, ya que la empresa, en concurso de acreedores, les adeuda todavía la paga extra de verano y la nómina de septiembre. Además, la dirección les comunicó la pasada semana que será complicado que cobren los próximos salarios ya que la prioridad concursal es la compra de materia prima para la fábrica siga activa. Ruiz dijo que la idea de los administradores pasa por buscar un socio inversor para Isofotón.

La única noticia positiva para los trabajadores es que la empresa les ha dicho que podrían cobrar algo de sus atrasos a cuenta del dinero obtenido de una venta en Japón y que, el parecer, podrían también cobrar la extra de verano, que sería abonada por el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).

Por otro lado, los trabajadores que siguen acudiendo a la fábrica han dejado de tener disponible el parking de la empresa, ya que Isofotón adeuda dinero desde hace meses al propietario de esos terrenos, que ha anulado las tarjetas de entrada. Los trabajadores pagaban 120 euros al año (60 por semestre) por el uso de estos aparcamientos, dinero que les era detraído de la nómina. Ruiz dijo que espera que Isofotón les restituya lo correspondiente al tiempo en que dejó de pagar por los parkings.

La plantilla está aparcando desde el pasado lunes sus vehículos en una zona trasera de la propia fábrica que, según apuntó, no cumple los requisitos de salubridad al estar junto a aguas residuales y productos químicos. Este hecho será denunciando por los delegados.