El pleno de ayer, con el voto mayoritario del equipo de gobierno popular rechazó «condenar expresamente el acoso al que fue sometida la presidenta de la Junta de Andalucía» por parte de alcaldes y responsables del PP, cuando acudió al acto del décimo aniversario del Museo Picasso.

El alcalde volvió a negar que los incidentes del pasado sábado puedan ser calificados de «escrache o acoso». Más aún, opinó que «se ha montado una exagerada operación para desgastar la imagen de los alcaldes del PP». Durante su intervención, la portavoz socialista, María Gámez, pidió que se respete a la ciudad y a sus señas de identidad, como es el Museo Picasso Málaga (MPM), lo que pasa por «no utilizar la confrontación política como con el escrache a la presidenta de la Junta y menos por parte de políticos del PP».

De hecho, en su moción el PSOE planteaba que la corporación municipal mostrase «su malestar y pesar» por estos incidentes, así como que el alcalde y senador del PP los condenara expresamente «rectificando sus desafortunadas declaraciones públicas en las que justificaba estos lamentables hechos que tanto daño han causado a la imagen de la ciudad».

Lejos de conseguir el PSOE su objetivo, De la Torre se rearfirmó en lo dicho en días pasados yaseveró que «esto se podría haber evitado con una atención mínima de la Presidencia de la Junta, alguien de su equipo, a los representantes educados que entraron en el hotel en el que se alojaba».

«No fue así, pero a partir de ahí tampoco ocurrió nada que pueda ser digno de ser recusado», manifestó el alcalde, añadiendo, en el caso concreto de los incidentes del MPM, que sí vio él, que es el vicesecretario general del PP malagueño y vicepresidente de la Diputación, Francisco Oblaré, «el que tiene derecho a quejarse por un trato violento de los escoltas de la presidenta de la Junta».

Tanto PSOE como IU hcoincidieron en lamentar la «hipocresía» del PP, después de que se pronuncie así en relación con los incidentes del pasado sábado y, sin embargo, «De la Torre se haya sentido víctima de escraches y haya llevado a más de una decena de policías locales al juzgado por considerarse acosado», en referencia a las protestas protagonizadas por los policías locales.

Por su parte, el presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, reconoció ayer que quizás los alcaldes del PP de Málaga «no deberían haber ido a la puerta del hotel» donde se alojaba el sábado la presidenta de la Junta pero también reprochó a Susana Díaz que no se parara a recoger la carta que le intentaban hacer llegar.

Así contestó a los periodistas que le preguntaron por este asunto y que él negó que se tratara de un «escrache» porque, en su opinión, no hubo «ni violencia ni coacción», manifestaciones éstas contra las que siempre se ha manifestado en contra. «Cuando he tenido que condenar alguna actuación violenta lo he hecho y no me duelen prendas; pero también me he caracterizado por saber aguantar mucho y por saber escuchar a todos. Lo he hecho, lo hago y lo seguiré haciendo toda mi vida esté donde esté porque eso creo que es fundamental», argumentó.