Municipal

Urbanismo tarda 11 años en actuar en un palacete declarado en ruina en 2002

El grupo de IU ya pidió hace un año la intervención municipal para evitar la ruina total del inmueble

La Opinión

Once años ha tardado la Gerencia de Urbanismo en actuar para intentar salvar los restos de un palacete de finales del siglo XVIII que se levanta en el número 10 de la calle Madre de Dios.

Fue en febrero de 2002 cuando Urbanismo declaró el estado de ruina del edificio. En ese momento, en función de lo dispuesto en la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA), se debió ordenar su inclusión en el Registro Municipal de Solares y Edificaciones Ruinosas, dando a la propiedad un año para que ejecutase las obras de reparación pertinentes y en caso contrario se decretaría su venta forzosa.

Sin embargo, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento ha tardado once años -desde que declaró la ruina en 2002- en incluir este palacete en el Registro de Edificaciones Ruinosas. Este jueves, en el consejo de la Gerencia de Urbanismo se deberá aprobar tal inclusión a partir de la cual los propietarios del inmueble tienen un año para realizar las obras de rehabilitación necesarias o en caso contrario perderán el edificio.

Se trata de un palacete de 1833, reformado por su antiguo propietario y que inexplicablemente no está incluido en el catálogo de edificios potegidos. Con bajo, entresuelo y dos plantas más, coronadas por una terraza, de la fachada llama la atención su portada con pilastras dóricas y una artística abertura con reja de forja para ennoblecer la casa y aumentar la luz del patio central.

Su estado actual es decrépito, con una gran grieta asomando por la terraza y en un alarmante estado de deterioro y de abandono.

En agosto del pasado año, el grupo municipal de IU dio la voz de alarma sobre el mal estado del edificio y la urgencia de actuar sobre el mismo. En ese momento fue apoyado por la asociación de vecinos del Centro y la asociación Salvemos Málaga.

El portavoz de IU, Eduardo Zorrilla, envió una carta al alcalde, que ahora ha vuelto a reenviar en la que señalaba que «después de años de abandono, el estado del inmueble es bastante preocupante, más cuando carece de protección arquitectónica, algo que es difícil de comprender en un palacete de tanta calidad arquitectónica».

Zorrilla le pedía al acalde «que adopte medidas efectivas encaminadas a la protección efectiva de este inmueble, y la pedía información sobre su estado de conservación, si se ha inspeccionado por parte de los técnicos de la GMU, así como qué medidas piensa adoptar para evitar su ruina y una posible demolición.

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