La evolución experimentada en los últimos años por la sanidad privada española, más concretamente por los hospitales privados, puede ser calificada sin lugar a dudas como muy positiva, tanto en términos cualitativos como cuantitativos.

Los estudios sobre calidad asistencial de la sanidad privada que cada año publica el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) arrojan excelentes resultados en aspectos como la eficiencia, la accesibilidad, la resolución asistencial o la implantación activa de políticas de calidad y seguridad para el paciente. Además, según el Barómetro de la Sanidad Privada impulsado por el IDIS, ocho de cada diez usuarios califican los servicios de la sanidad privada por encima de notable. En lo que a cifras se refiere, la sanidad privada representa alrededor del 30% del gasto del conjunto de la sanidad española, lo que supone un 2,5% del PIB nacional. Además, la sanidad privada da empleo a unos 250 mil profesionales en toda España.

En este contexto, la sanidad privada afronta una serie de oportunidades que le deben permitir continuar su evolución aunque no hay que perder de vista una serie de importantes amenazas en el corto-medio plazo.

Entre las oportunidades más importantes está el avanzar en la clásica colaboración entre la sanidad pública y la privada. En España hay unos 8 millones de asegurados con pólizas privadas, que ayudan a descongestionar el sistema, ahorrando al sistema público un gasto medio sanitario por habitante de unos 1.200 euros. Según el IDIS, los seguros de salud ahorran 900 millones a la sanidad pública andaluza y un 17,5% de la población (1,5 millones de personas) cuenta con un seguro de salud. Un incentivo fiscal en el impuesto sobre la renta a la contratación de seguros privados contribuiría al crecimiento del seguro privado con su correspondiente efecto multiplicador en la reducción del gasto sanitario público y la creación de empleo.

Entre las oportunidades emergentes destacan aquellas relacionadas con la atracción de pacientes de otros mercados, una de las más importantes, sin duda, es el turismo de salud, que, especialmente en la Costa del Sol contamos con todos los elementos necesarios para su desarrollo: los puramente turísticos y todos aquellos relacionados con la excelencia de nuestra sanidad para convertir el turismo de salud en un nuevo motor económico. En este sentido, en Málaga se han creado iniciativas como la Fundación Málaga Health y otras como el clúster empresarial Tourism and Health Spain.

Otra oportunidad que se le presenta a los hospitales que reúnan los requisitos de calidad necesarios, en relación a la atracción de pacientes de otros mercados, es la directiva europea que facilitará el acceso a la asistencia sanitaria transfronteriza; reconociendo el derecho de los europeos a solicitar asistencia sanitaria en un Estado miembro distinto al Estado de afiliación, reembolsándosele el gasto.

La captación de pacientes de otros mercados debe servir para mitigar los efectos de la amenaza que supone la situación de desequilibrio en lo que se refiere al poder de negociación entre hospitales y compañías aseguradoras. En España, el sector de las compañías aseguradoras se caracteriza por una elevada concentración; las 5 primeras suponen un 70% de la facturación, frente a la atomización de las empresas que proveen servicios sanitarios, los 4 primeros grupos sólo concentran el 28% de la oferta. Este desequilibrio permite a las aseguradoras negociar desde una posición de fuerza con los hospitales privados, con el consiguiente impacto en tarifas.

Otra amenaza importante es la subida del IVA de la mayoría de los materiales y bienes de inversión que utilizan los proveedores de servicios sanitarios. Está previsto que el IVA de estos productos suba entre un 10% y un 21%. El IDIS estima que esta subida del IVA supondrá una pérdida del 15% del Ebitda y del 25% del beneficio final, algo que no podrán soportar muchos hospitales.

En este contexto de reducción de tarifas y aumento de costes hay que seguir trabajando para conseguir una mayor eficiencia.

En conclusión, afrontamos un futuro inmediato en el que, a pesar de las amenazas, el sector sanitario privado podrá seguir su senda de crecimiento.

*Mercedes Mengíbar es consejera-delegada y directora gerente de Xanit Hospital Internacional