Qué curioso: el presidente francés de la época, Georges Pompidou, quiso revitalizar un barrio parisino depauperado, Les Halles, insuflándole cultura con varias intervenciones, entre ellas la puesta en marcha del espacio museístico que lleva su nombre y que, hoy día, presenta una de las colecciones artísticas más importantes del mundo. Hoy, el templo cultural abre una franquicia en Málaga, justo al lado de una iniciativa lejanamente similar, la del Soho, otro barrio en que se ha optado, de otra manera y modos, por la cultura.

No soy precisamente muy fan de las franquicias culturales, de comprar marcas (me gustaría más que una ciudad y sus ciudadanos fueran capaces de generar las suyas propias), pero la apertura de la sede malagueña del Pompidou es una magnífica noticia desde todos los puntos de vista: sólo con los fondos de Kandinsky que atesora ya debemos dar palmas con las orejas. Pero es que hay mucho más: entre el 2012 y el 2013 ha acogido una temporal de Dalí realmente espectacular, por no hablar de aquella mítica muestra de Matisse de 1993. Así, en un área muy reducida se concentran el Museo Picasso Málaga, la Fundación Picasso, el Museo Carmen Thyssen y el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. Aquella milla de oro que antes se circunscribía a la calle Alcazabilla va ensanchándose. Qué gran noticia.