Agentes del Seprona de la Guardia Civil de Málaga han llevado a cabo una investigación tras conocer que en la pasada campaña de anidamiento y cría se había producido intencionadamente la destrucción de nidos y huevos, así como la muerte de pollos jóvenes del aguilucho cenizo. Así, se imputó a una persona por un delito relativo a la protección de la flora y la fauna.

Dicha investigación se desarrolló sobre cuatro fincas de los términos municipales de Archidona y Antequera, y se determinó que se pudieron verse afectados un total de 18 nidos, con una media de cuatro huevos por nido, según informó el instituto armado.

Los agentes comprobaron que los huevos y polluelos desaparecían de su entorno e incluso aparecían polluelos muertos alrededor del nido, no respondiendo al patrón de un depredador, sino más bien a la acción directa del hombre, según manifestó la Guardia Civil en un comunicado.

El aguilucho cenizo llega a principios del mes de abril a la comarca norte de la provincia de Málaga para realizar la cría, abandonándolo sobre los meses de agosto y septiembre. Construyen sus nidos en el suelo, principalmente entre cultivos de cereales, ponen de dos a cinco huevos, durando su incubación sobre 30 días y permaneciendo los pollos en el nido alrededor de 45 días.

Desde la llegada de esta especie a sus lugares de anidamiento, el personal de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía realiza un seguimiento para identificar y ubicar los nidos, balizándolos con una etiqueta identificativa y advirtiendo a los titulares de las propiedades en la que se encuentran de su existencia. Asimismo, se solicita a los propietarios que cuando procedan a la recolección de la siembra dejen sin segar un cerco de seguridad alrededor del nido, para que pueda continuar la cría de los pollos nacidos.

La persona imputada, «supuestamente y a sabiendas de la existencia de los nidos, segó haciendo caso omiso a las balizas identificativas, muriendo polluelos y destruyendo huevos y nidos». Según apuntó la Guardia Civil, el Código Penal castiga las actividades que impidan o dificulten la reproducción o migración o destruya o altere gravemente el hábitat de las especies amenazadas.

La Guardia Civil indicó que, tras la estrecha relación de los agentes del Seprona con la Administración autonómica a lo largo de la investigación, para la próxima campaña de anidamiento se creará un equipo de trabajo.