El monumento en memoria de las víctimas de la Guerra Civil construido en el antiguo cementerio de San Rafael, en la capital malagueña, será inaugurado el próximo sábado 11 de enero, cuando se celebrará un homenaje civil a las víctimas, según anunció ayer la Asociación contra el Silencio y el Olvido y por la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga y la Federación Provincial de la CGT.

El panteón, con forma de pirámide de ocho menos de altura y 140 metros cuadrados de superficie, está revestido por una piedra de mármol en la que se han grabado los nombres de las más de 4.100 víctimas que fueron fusiladas en las tapias del camposanto.

Según explicaron tanto el colectivo por la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga como la CGT, ya han sido depositadas en este mausoleo las cajas individualizadas con todos los restos de los más de 2.840 fusilados que han podido ser recuperados de las fosas comunes abiertas en el cementerio de San Rafael.

Además, el caso de Málaga ha sido único, no solo por el número de restos óseos exhumados y estudiados por técnicos cualificados, sino también por la construcción de este monumento en Memoria y como Reconocimiento y Homenaje a los fusilados, que ha sido posible llevar a cabo tras la firma de un convenio de colaboración suscrito por la asociación, el Ayuntamiento de la ciudad, la Junta de Andalucía y el Gobierno central. Según las cifras ofrecidas en su día, el panteón, diseñado por la Gerencia de Urbanismo, supone una inversión de 220.000 euros, aportados por el Gobierno (100.000), el Consistorio (80.000) y la Junta (40.000).

El cementerio de San Rafael está considerado por los investigadores como el mayor campo de exterminio del franquismo, con un recuento constante de fusilamientos que abarca hasta 1954. Algunas investigaciones documentales han certificado que allí se produjeron más de 4.400 fusilados durante aquellos año. Finalmente se han recuperado los restos de 2.840 en las labores de exhumación desarrolladas en los últimos años.

Después de treinta años de restauración de la democracia, los restos de las víctimas descansarán por fin en nichos individuales, aunque agrupados, por deseo de los familiares. El panteón subterráneo incrustado en el mismo monumento servirá, a un tiempo, de homenaje y de sepultura digna para los miles de fusilados en la Guerra Civil y el franquismo.