Sin dinero no hay actividad. Y el sector de la construcción no tiene dinero ni se lo conceden. Los bancos siguen siendo reacios a abrir el caudal de créditos que permita la adquisición de viviendas, para reducir el stock existente, y acometer nuevos proyectos. Esta circunstancia está estrangulando a promotores, constructores, arquitectos y todo el empleo relacionado con el sector, pero parece que no hay perspectivas de cambio a corto plazo.

«El sector ha desaparecido y las expectativas para 2014 no son mejores», insiste el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga, Antonio Vargas, quien insistió en que la continuada caída del crédito (un 12% en el año 2013) y el alto nivel de paro impiden reactivar este sector. «No hay crédito ni para construir ni para comprar, por lo que las perspectivas no son halagadoras», incide Antonio Vargas, quien recuerda además que el Plan Nacional de la Vivienda apuesta por la rehabilitación «pero no incluye ni ayudas ni perspectivas de negocio, por lo que se queda en una declaración política».

«Es posible que todavía se baje de las 900 viviendas visadas en 2014, aunque es difícil porque siempre hay una pequeña actividad», asegura el decano de los arquitectos malagueños, quien apunta que los únicos proyectos que se mantienen suelen ser la construcción de viviendas unifamiliares de alto nivel o casas en municipios del interior que son de autoconstrucción.

Antonio Vargas sí apunta a que hay un cierto movimiento de capital extranjero en la adquisición de viviendas, ya que son los únicos que pueden acceder a fuentes de financiación. En esto coincide con José Prado, presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga, quien recuerda que la inversión de los no residentes en la compra de viviendas «ha crecido un 35% a lo largo de 2013 y ya concentran el 55% de las adquisiciones en la provincia».

«Los británicos, los rusos y los escandinavos son los que lideran las adquisiciones de viviendas», explica José Prado, quien lamenta que todavía la demanda interna no haya dado el salto que se necesita para mover el mercado inmobiliario. «Hay algunas ventas a españoles, que son de inversión para aprovechar la bajada de los precios y los bajos intereses, con idea de sacar rentabilidad mediante alquileres», analiza el presidente de los Promotores y Constructores, quien sin embargo sigue echando en falta al comprador de la primera vivienda.

Entre las razones que encuentra para explicar esa parálisis del mercado inmobiliario, Prado argumenta que el 35% de paro pesa mucho a la hora de vender viviendas, pero también «el miedo a perder el empleo». Además, los bancos siguen sin dar créditos hipotecarios pese a su rescate financiero.