La historia comenzó en Huelin. La asociación de vecinos del barrio logró convocar a unas 300 personas al pie de la chimenea de Los Guindos ante el temor de que los escasos símbolos de la historia fabril del barrio cayeran bajo la piqueta con el avance del paseo marítimo. Nacía así una plataforma que en 2003 se convirtió en la Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga. «Como las obras seguían destruyendo la playa, los vecinos quisieron que por lo menos quedaran en pie dos o tres chimeneas», recuerda José Antonio Ruiz, presidente de la asociación.

A su juicio, este colectivo «cogió dimensión» cuando se unieron varios profesores de Historia que contribuyeron a que la asociación ampliara sus intereses y se preocupara, además de por las chimeneas, por los escasos restos del patrimonio industrial de Málaga. «A partir de ahí empezamos a recabar máquinas obsoletas, documentación y fotografías para que eso quedara por lo menos», resume.

En esta tarea siguen 16 años después, tratando de concienciar no solo a los vecinos sino sobre todo a los políticos malagueños de la importancia de conservar estos restos porque «prácticamente está destruido todo» el pasado industrial de Málaga.

La asociación aprovecha estos inicios de año para repartir -como hace desde 2004- el tradicional almanaque, editado por la Diputación, y este año dedicado a recordar 12 de las chimeneas más significativas de la provincia. Por orden cronológico aparecen las chimeneas del Cortijo del Canal (Antequera), Beneyto y Peris (Casarabonela), Artacho Ropero (Cuevas Bajas), La Térmica (Málaga), Azucarera San José (Antequera), Ingenio de San Rafael (Benamargosa), Aceites Santa María (Puerto de la Torre, Málaga), Fundición Cayetano Ramírez y Pedrosa (Málaga), Unión Española de Explosivos (Málaga) , Central Eléctrica de La Malagueta (Málaga), Central Lechera Malagueña Colema (Málaga) y el Ingenio del Trapiche (Vélez).

La portada está dedicada a la fábrica del Tarajal en la capital. A juicio de José Antonio Ruiz es el símbolo más importante que queda en pie de la Málaga industrial, hoy completamente abandonada y en manos privadas. Por ese motivo, la asociación pide su recuperación y que pueda tener algún tipo de uso.

José Antonio Ruiz aprovecha para recordar que la asociación tiene recopiladas en la actualidad «entre 1.000 y 1.500 piezas» del antiguo pasado industrial de la provincia que conserva en un local en el PTA, donde también se expone una parte de la colección, en concreto en el Centro de Ciencia y Tecnología. El resto de las piezas las conserva en las antiguas dependencias de los servicios operativos de la Diputación, en el Hospital Civil.

En todos estos años, llevan reclamando sin éxito un Museo de la Industria para Málaga. José Antonio Ruiz tiene un lugar idóneo: «Aunque Felipe Romera nos ha dicho que está buscando una nave en el PTA, está demasiado lejos del Centro. Lo suyo es la Tabacalera pero el alcalde tiene otros compromisos y se escuda en que está la posibilidad del PTA», lamenta.

La asociación tiene otro frente abierto con el antiguo depósito de agua del tren del puerto en el Muelle de Heredia, que trata de salvar de un derribo casi seguro. El problema, asegura José Antonio Ruiz, es que «llevamos pidiendo una reunión con Paulino Plata, el presidente de la Autoridad Portuaria, desde el 6 de agosto pero no nos recibe».

Y otro objetivo para 2014: lograr la rehabilitación e identificación, con una placa, de la chimenea de la Unión Española de Explosivos, en el paseo marítimo Antonio Banderas, hoy vallada y en mal estado. Lo poco que se ha protegido del patrimonio industrial de Málaga ha sido gracias a estos voluntarios.