Mercedes Benz, Porsche o Bosch. Son ejemplos de grandes multinacionles que tienen su sede central en Stuttgart. Wolfgang Schuster fue alcalde durante 16 años en una de las ciudades más ricas de Alemania. El paro nunca ha sido una preocupación. Ahora preside su propia fundación, la European Foundation for Education, con la que ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Málaga para instalar una sede en la ciudad. Se preparará a jóvenes de Málaga para que puedan dar el salto y formarse en Alemania.

Usted ha sido alcalde de una ciudad que casi roza el pleno empleo. ¿Qué piensa cuando ve que en España más de la mitad de los jóvenes no pueden acceder a un puesto de trabajo?

Para mí, las cifras de paro juvenil que hay en España son un verdadero escándalo. No puede ser que más de un 50% de la población juvenil esté sin saber lo qué hacer. Sin perspectiva ninguna, perdiendo el tiempo e hipotecando su futuro. Yo, personalmente, estaba ahora ante la decisión de qué proyectos emprender. Vi lo poco que se hace a nivel local para combatir el paro y pensé que iba a concentrar mi esfuerzo en esto. Obtener financiación económica de la Unión Europea para desarrollar proyectos como el que queremos implantar en Málaga. Porque, aunque algunos lo digan, el dinero no es el problema. En la Unión Europea hay suficiente. El Banco Central nada en dinero. Sólo hay que saber movilizarlo y emplearlo bien. Ese es el objetivo de EFE.

Preside la European Foundation for Education, que ahora se instalará en Málaga. ¿Qué es y cuáles son sus objetivos?

La fundación nace en un principio para promover el desarrollo sostenible de las ciudades. Pero con el problema del desempleo, nos hemos centrado en promover el sistema de formación dual que existe en Alemania. Tanto ayudar a los empresarios locales para que lo apliquen aquí, como ofrecer la posibilidad de formar los jóvenes directamente en Alemania. También queremos desarrollar sistemas de colaboración con las universidades para que sus alumnos puedan hacer prácticas en las empresas alemanas. En definitiva, aportar nuestro know how y también presionar para que nadie se resigne ante esta situación. Málaga es la segunda ciudad en la que nos instalamos tras Palermo. Las próximas serán Kaunas y Lisboa.

El alcalde habla de instalar el sistema dual de formación en Málaga. Usted también dice que es uno de sus objetivos. ¿No cree que la realidad empresarial de aquí poco tiene que que ver con las empresas y el tejido industrial en Alemania?

El sistema dual, en Alemania, es algo que se ha creado a lo largo de muchísimos años. Pero me consta que hay muchas empresas en Málaga que están interesadas en el tema. No es algo que surja de la nada. Hay que implantarlo poco a poco, y sobre todo requiere un cambio de mentalidad en el empresario. En Alemania no se entiende la formación sin una retribución salarial. Tenemos que entender esto aquí también. La base es el pequeño empresario. Él es el motor de la economía española. De nada sirve un macroproyecto, porque en España no existe la infraestrucutra que éste requiere.

¿Cómo se consigue que el empresario pague por alguien que aún se encuentra en formación?

Pues con el cambio de mentalidad que he dicho antes. Los alemanes no somos tontos. No es pagar por gusto a alguien que sabes, que en ese momento a lo mejor no te produce. Pero el retorno que obtienes es enorme. Además, la persona joven, si percibe un salario, va a estar más implicada.

El estudio Pisa sitúa a España continuamente a la cola de Europa. ¿Tiene algo que ver con las altas cifras del paro? ¿En qué fallamos?

Relacionar la educación con el paro creo que sería injusto. Yo el problema del desempleo lo veo más como algo estructural. Sí que pienso que la educación en España no está lo suficientemente en concordancia con el mercado laboral. Otro gran fallo que veo es el pensamiento de la «falsa equidad». Pasa como en Francia. En Alemania, cuando los niños tienen diez años, ya se dividen en los que van a estudiar una carrera universitaria y los que van a acceder a la formación dual. Si mantenemos a todos los niños en un mismo aula hasta los 16 años no fomentamos las cualidades individuales que tiene cada uno.