La Diputación de Málaga se comprometió ayer ante la asociación de Amigos del Acueducto de San Telmo a rehabilitar el arca principal del acueducto de San Telmo, conocida como la alcubilla de Capuchinos, en el Centro Histórico, y cumplir así un acuerdo aprobado por la administración provincial en 2002.

«El diputado de Cultura, Juan Jesús Bernal, ha asumido que las cosas que se aprobaron las van a cumplir», detalló ayer a La Opinión Javier Aguilar, presidente de la asociación y guarda del acueducto, que ayer se reunió con el diputado provincial, nuevo miembro del patronato del acueducto, la institución que vela por la salud de este monumento del siglo XVIII y 11 kilómetros de largo, declarado Bien de Interés Cultural en 2009.

Javier Aguilar también informó de que el diputado le ha trasladado el compromiso del presidente de la Diputación, Elías Bendodo, de llevar a cabo el plan director que recupere esta joya del olvido, junto con la aportación del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. Las tres administraciones forman parte del Patronato del Acueducto de San Telmo, integrado además por el Obispado, la Comandancia Naval y la comunidad de regantes, pues el acueducto sigue conduciendo agua en sus 5 primeros kilómetros.

«Lo de contribuir en el plan director es algo que Bendodo ya me dijo durante una visita al acueducto en octubre pasado», explicó Javier Aguilar, cuya familia ha estado desde 1919 a cargo de la vigilancia de esta obra de ingeniería del famoso arquitecto José Martín de Aldehuela.

El plan director, recordó el presidente de la asociación, fue aprobado en el pleno del Ayuntamiento de septiembre de 2013 tras aprobarse una moción de Izquierda Unida.

Para Javier Aguilar, lo primero que debe conseguirse con este plan «es escriturar el acueducto en el registro de la propiedad, para que conste como propietario el Patronato del Acueducto de San Telmo». También reconoció esperar «como agua de mayo» este proyecto, para hacer valer la zona de servidumbre: metro y medio de anchura más 5 metros a cada lado, según estipula la declaración de Bien de Interés Cultural.

En la actualidad, comentó, hay partes del acueducto que paradójicamente están valladas por algunos regantes.

También reconoció que «queda mucho por restaurar» y puso como ejemplo que de los 30 puentes que tiene el acueducto «sólo se han restaurado dos». En concreto, el puente del Nogal o de los cinco ojos y el puente de Quintana o de los 11 ojos.

No obstante, también quiso ser positivo y concluyó que «lo que hemos conseguido con la asociación de amigos del acueducto es que no se destruya más, porque ahora mismo yo soy el guarda pero son los mismos vecinos los que me informan a través de Facebook».

Aguilar, que trabaja en el Consorcio Provincial de Bomberos, tiene un contrato simbólico con el Patronato de 12 horas a la semana como guarda del acueducto, el cargo que ocuparon su padre, Enrique Aguilar, y su abuelo, Juan Aguilar. «Yo a ese dinero renuncio siempre que se hagan cargo las administraciones y se pongan a funcionar», subrayó.

El defensor del acueducto abogó por que su hijo, nacido hace pocos meses, «ya no tenga que ser guarda porque lo sean todos los malagueños» y recordó que esta obra auspiciada por el obispo Molina Lario «es una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes de la España del XVIII».