Diez euros de aquí, un tuit de allá, una recomendación en Facebook... Las redes sociales se han convertido en la gran herramienta usada por tres empresas malagueñas implicadas en un proyecto social que busca mejorar Lagunillas y trabajar con los más pequeños para que se impliquen en cuidar el barrio. Parece una locura, pero las grandes ideas nacen de esas locuras.

El inicio de esta aventura está marcado por unos jóvenes empresarios malagueños que quieren ir más allá. No reducirse a llevar adelante su empresa, también quieren implicarse en el entorno. Y de ahí surge Futura-e Lagunillas, una iniciativa que también podría aplicarse a otros barrios y de hecho esa es su vocación. La idea es sencilla. Trabajar con la asociación Fantasía de Lagunillas, que lleva más de diez años centrada en atender a los niños de este barrio malagueño a través de la pintura. Esa es precisamente la clave. La pintura como vehículo artístico de los jóvenes, para vender cuadros que sirvan como fuente de financiación de la asociación y para mejorar diez espacios degradados de Lagunillas.

Detrás de Futura-e Lagunillas están la empresa de marketing Drakkar, el estudio de arquitectura Mahatma y la agencia de multiaventura Sunaventure. Cada uno de ellos aporta una faceta para hacer realidad este proyecto, como señala Pablo García, responsable de Mahatma y uno de los promotores de la iniciativa junto a Jesús Blanco, Lola García y Clara Gómez.

«A través de la creatividad de los más jóvenes buscamos fomentar el trabajo en equipo, la autoestima y valorar el barrio y el entorno mediante la pintura», explica Pablo García, que señala que Futura-e tiene una doble vertiente. Por un lado están los cuadros de pequeño formato de arte infantil que se vendrán en un mercadillo para financiar a la asociación Fantasía de Lagunillas. Además, hay una segunda línea que es fomentar el trabajo en equipo mediante la mejora del barrio.

«Hemos identificado diez espacios degradados de Lagunillas para adecentarlos, limpiarlos, pintarlos y, en algunos casos, hacer unos murales diseñados por los niños», afirma Pablo García, quien insiste en los beneficios de que los niños «trabajen para la comunidad en el embellecimiento del barrio».

Redes sociales

Futura-e Lagunillas es la primera piedra, ya que no descartan trasladar la iniciativa a otros barrios. Pero primero necesitan ponerla en marcha, con un presupuesto de 3.100 euros. Para ello han recurrido a una plataforma de crowdfunding, que básicamente busca pequeñas aportaciones económicas de la gente para impulsar el proyecto. A través de la web micro-inversores.com tienen abierta la posibilidad de colaborar, con ayudas de 10 a 300 euros, aunque el plazo se acaba el domingo 19 de enero y por ahora sólo disponen del 55,8% del presupuesto.

«Estamos utilizando las redes sociales como la página de Futura-e en Facebook o Twitter, mediante el hastag #futurae o #crowdemprende», señala Pablo García, quien destaca que esto les está permitiendo traspasar las fronteras de Málaga para lograr donaciones de Granada, Extremadura «incluso del Perú», aunque reconoce que falta el último empujón.