La nueva factura sobre el consumo del agua ha provocado un efecto no esperado, como ha sido la actualización del padrón en la ciudad. Emasa ha recibido hasta 30.000 cambios en el empadronamiento en poco más de una semana, con idea de actualizar los miembros que habitan en una vivienda y reducir así la subida del coste de la factura.

El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, explicó que la empresa de agua tenía 78.000 personas sin asignar a un contador, cifra que ha bajado hasta 48.000 tras recibir una avalancha de llamadas para pedir la actualización de los datos. Detrás de esta medida se encuentra el nuevo sistema tarifario que aplica Emasa desde el 1 de noviembre y que calcula el gasto de agua en función del número de habitantes que haya en cada residencia. Es decir, cuanto más habitantes haya empadronados en una vivienda, más barata será la factura.

Esta afluencia de malagueños para informar de la actualización del padrón supondrá, a medio plazo, que entre el 10% y el 15% de las facturas verán reducida su cuantía al aflorar cambios de empadronamiento que no estaban registrados por Emasa.

No obstante, Raúl Jiménez reconoce que todavía hay una importante bolsa de personas que todavía no están asignadas a un contador y, por tanto, no se contabilizan a la hora de elaborar la factura del agua. Esta bolsa, que asciende todavía a 48.000 personas, se espera que se vaya reduciendo en las próximas semanas.

El Ayuntamiento de Málaga prepara además un sistema para compensar a aquellos clientes de Emasa que tengan un consumo diario inferior a los 112 litros, que es la media estimada por la empresa de agua, pero que han sufrido un incremento de la factura.

El concejal de Medio Ambiente insistió en que se va a bonificar a estos consumidores, que están por debajo de la media de la ciudad «con un consumo moderado y que prima el ahorro». Este grupo supone entre el 8% y el 10% de los clientes de Emasa y en su mayor parte son viviendas con uno o dos habitantes.

La bonificación anunciada por el Ayuntamiento se le aplicará en los recibos que se emitan en los meses de junio y julio, una vez que se haga una media del consumo de tres periodos facturados para comprobar que el consumo está por debajo de los 112 litros al día. La idea es devolver al cliente lo que se le haya cobrado de más en ese periodo.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, por su parte, insistió en que el cambio en el sistema de tarifas de Emasa «es más justo» y recalcó que, pese a las quejas, «no he notado alarma social» por el incremento del precio del agua.

De la Torre aseguró que las reclamaciones recibidas son «escasísimas», y que «para cada caso puede haber una solución». Así, a su juicio «la primera solución es la respuesta de cada uno a esta nueva situación en la que ya todos somos iguales», moderando su consumo.

El alcalde apeló además a «la satisfacción moral» de los ciudadanos por saber que tienen un sistema de facturación del agua más justo y que «aunque alguien diga que ahora le esté perjudicando en algo, la sociedad en su conjunto avanza en justicia y en igualdad».

De la Torre reconoció «la dificultad» para poner en marcha el nuevo sistema para que «nadie quede perjudicado» y asumió que hay que adaptar el sistema.