Si se fijan bien, recortado por el cielo de enero asoma un grupo de recios cardos, cuyas espinas desafían el discreto frío de este mes en Málaga. La deteriorada terraza del edificio de los cines Astoria y Victoria manifiesta así que hay vida más allá de la ruina. Todo apunta a que al Ayuntamiento le encantaría sustituir este adefesio por algo más útil y discreto. Está por ver si estos primeros brotes secos son signo de una mejoría de la situación económica o la constatación de que queda paralís para rato.