La falta de crédito bancario y la morosidad de los clientes -ya sean privados o públicos- siguen siendo, junto al bajo consumo y la consiguiente caída de actividad, dos de las principales lacras padecidas por el colectivo de autónomos, según el «Barómetro de opinión de los autónomos andaluces de 2013» presentado ayer por la Asociación de Trabajadores Autónomos de Andalucía (ATA-A). El sector, pese a todo, encara el 2014 con algo más de optimismo. La cifra de afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) tocó en Málaga un suelo de 92.000 personas en el año 2011, pero ha repuntado hasta situarse en 97.370 a finales de 2103. Este pasado año se cerró en concreto con una subida de casi 3.800 personas en el RETA y un crecimiento del 4,1%. Si las perspectivas económicas se confirman, la subida para este año podría ser cercano al doble, según calcula el vicepresidente de ATA Andalucía, Rafael Amor, con lo que la provincia podría afianzarse como una de las palancas de la recuperación y acercarse al máximo histórico de 102.000 que se alcanzó justo antes del estallido de la crisis.

El «Barómetro de opinión de los autónomos andaluces de 2013» constata que la comunidad andaluza es líder en crecimiento de autónomos (11.166 en 2013 para un total de casi 471.000) en relación a los datos obtenidos en el resto de las regiones de España aun precisando que el 52,5% calificó el ejercicio como «negativo» para la marcha de su negocio. Uno de cada tres autónomos andaluces (el 35,1%) piensa ya que el 2014 será un año de inflexión donde mejorará la economía, porcentaje superior al 32,1% registrado en el anterior barómetro.

Y aunque el 28,7% de los encuestados afirma que tendrán que prescindir de un trabajador en 2014 son un porcentaje superior, el 31,3%, los que aseguran tener intención de contratar a trabajadores a lo largo de este año.

El presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, afirmó que el 2013 fue un año «difícil» para muchos autónomos, pero recalcó que, por lo menos, «han mejorado las expectativas». Amor aseguró que si en 2008 los autónomos «fueron los primeros en destruir empleo, ahora serán también «los primeros en crearlo».

«La creación de empleo es inminente si se mantienen los niveles actuales de crecimiento», afirmó Lorenzo Amor.

En el apartado de la financiación, los bancos siguen siendo un quebradero de cabeza para los autónomos por su negativa a conceder o renovar pólizas de crédito. «Sigue siendo una de las asignaturas pendientes», explicó el vicepresidente y responsable institucional de la entidad en Andalucía, Rafael Amor, que matizó sin embargo que la situación en 2013 fue ya algo mejor que en el ejercicio precedente.

En todo caso el cuadro que pinta el barómetro de la ATA es inquietante: sólo uno de cada tres autónomos -el 36,8% - llamaron a la puerta de un banco en 2013 a pedir crédito, ya que el 63,1% lo dio por imposible ante las continuas negativas recibidas. Y de los que fueron, más de la mitad (51,9%) recibió de nuevo un «no» por respuesta. Únicamente uno de cada cuatro -el 27,2%- afirma haber obtenido el crédito que solicitaba mientras que otro 19,4% recibió un préstamo, pero de menor cuantía del que necesitaba.

Lo más sangrante de todo es que las cantidades reclamadas por los autónomos no parecen «desorbitadas», tal y como recoge la ATA en su informe. El 43,3% de los autónomos solicitó una cantidad que no superaba los 18.000 euros y el 63,4% lo hizo por una cuantía inferior a 30.000 euros.

El otro gran problema al que se enfrentan los trabajadores es la morosidad. Casi el 60% de los autónomos de Andalucía afirman verse afectados por los impagos, un porcentaje casi similar al del pasado año. Lo más positivo en este apartado es que ha descendido ligeramente el tiempo de demora de los autónomos en el cobro de sus facturas pendientes. Bajan los casos de facturas impagadas más allá de los seis meses. Ahora el grueso se concentra en el 21,9% de afectados que suelen esperar para cobrar sus facturas entre 60 y 90 días y el 43,6% que precisa de un periodo de entre tres y seis meses. La ATA lamentó que el «vórtice» de la morosidad en España haya partido precisamente de las propias administraciones públicas.

«Es inadmisible que tarden más de cuatro meses en pagar a sus proveedores, eso no es ser socialmente responsable. Si a los ciudadanos se les obliga a pagar sus impuestos y sus tasas en tiempo y forma, la administración también debe hacerlo», aseguró Amor.

La ATA recordó que la tardanza en el pago por parte de los poderes públicos se ha reducido de los 151 días de media de ejercicios anteriores hasta los 129 del pasado año. Sin embargo, recordó que el objetivo debe ser que las administraciones paguen en 30 días, tal y como está estipulado por ley.

De la misma manera, aseguró que han pedido al Gobierno que establezca un régimen sancionador para la administraciones que no paguen en tiempo y forma. «Que les caiga un 20% de recargo, al igual que a los autónomos les cae actualmente», dijo.