Los socialistas en el Ayuntamiento de Málaga vieron en la mañana de ayer, en la comisión de Cultura, cómo el equipo de gobierno del PP rechazaba una moción en la que hacía un repaso a los problemas de mantenimiento y conservación de la Alcazaba y reclamaba «un plan de choque integral» ante una situación que consideraba «alarmante».

La moción también pedía que se dedicara un 10% de los ingresos en taquilla para mantener anualmente «un presupuesto mínimo y atender sus necesidades». Además, reclamaba mejorar la señalización del monumento y el que se diera «una mejor y mayor información a los visitantes», así como retirar las pintadas del túnel de entrada de la Alcazaba y de la escalera metálica en los senderos de la cuesta del monumento, como se acordó en la comisión de Cultura de abril de 2013. «De este punto el concejal Damián Caneda señaló que era una cuestión de Medio Ambiente, y de la petición del 10%, que había llegado a gastar 250.000 a 700.000 euros en la Alcazaba», informó ayer el concejal socialista Manuel Hurtado. El edil indicó que ha pedido documentación para ver cómo se ha invertido ese dinero.

Por la tarde, tras el rechazo de la moción, acompañó a La Opinión a una visita a la fortaleza para mostrar lo que su grupo municipal estima una larga lista de problemas sin resolver, empezando por la proliferación de restos arqueológicos «fuera de contexto» y sin carteles informativos, lo que a su juicio desorienta a los visitantes. En este sentido, puso de ejemplo varias piezas ibéricas y lápidas del siglo XVI que pueden encontrarse en la subida al patio de armas y se cuestionó si la Alcazaba debe ser el sitio para mostrarlas.

Manuel Hurtado hizo también hincapié en la «proliferación de macetas», sin plato o con platos de cerámica que no aislan la humedad y que hacen que esta se traslade al monumento, así como vegetación en lugares que dañan los muros de la Alcazaba.

«La mayoría de los problemas no son técnicos sino del día a día, es una cuestión de chapa y pintura para la Alcazaba porque hay cosas que son estructurales y otras que se pueden evitar», subrayó, al tiempo que mostraba una veterana hiedra cuyo tronco estaba dañando uno de los muros.

El concejal socialista también señalo varios rincones de la fortaleza en los que se aprecian importantes desconchones y resaltó la impresión negativa que los visitantes que se llevan nada más salir del ascensor de la Alcazaba y toparse con una sala con serios problemas de humedad en las paredes. Además, Manuel Hurtado se cuestionó si fomentar «la imagen romántica» de la Alcazaba debe conllevar contar con estanques y fuentes «que están negras y alcorques salvajes».

A este respecto recordó que la mención del verdín en las fuentes mereció que durante la discusión de la moción, «el concejal Damián Caneda me hablara de que el verdín es bueno para los pájaros y las ardillas».

Las quejas del grupo socialista, reflejadas en la moción, también resaltan la pobre iluminación del artesonado mudéjar de una de las torres, la presencia de vitrinas de exposición sucias y paredes con numerosas manchas, así como la falta de protección de azulejos y suelos originales. En relación con esto último, Manuel Hurtado también llamó la atención sobre un arco de herradura muy transitado, al encontrarse en la cuesta de acceso a la Alcazaba, y que siendo uno de los elementos más antiguos del monumento, no cuenta con una protección. «Lo puede tocar todo el mundo», alertó.

El concejal socialista destacó que por el conjunto de la Alcazaba y Gibralfaro han pasado en el último ejercicio unas 350.000 personas y que debe tener un aspecto más presentable, resaltando la necesidad de que los turistas se encuentren un recorrido con más explicaciones, algo que en su mayoría sólo está concentrado en el hall de acceso, con el techo de madera afectado por la humedad.