Tres mil malagueños han llevado ante el juez la existencia de cláusulas suelo en sus respectivos contratos hipotecarios, una condición que les hace pagar un sobreprecio mensual en relación al Euríbor, lo que en tiempo de crisis genera un importante dispendio a las familias. En concreto, sólo el 3,7% de los afectados -80.000, según Ausbanc- han acudido al juzgado, lo que arroja dos conclusiones: muchos no saben que en sus hipotecas hay una cláusula de este tipo y otros muchos han optado por no ir a los tribunales y negociar con el banco, o directamente evitan a la Justicia por el pago de las tasas.

La Audiencia Provincial de Málaga, en concreto su Sección Sexta, tiene varias deliberaciones a lo largo de febrero en las que tratará de fijar una serie de criterios para que los jueces interpreten el problema de las cláusulas con una cierta uniformidad. El jaleo lo formó el Tribunal Supremo, después de que declarase abusivas las cláusulas suelo de BBVA, Cajamar y Novacaixagalicia, pero, al tiempo, no estimó pertinente que estas oficinas tuvieran que devolver lo pagado anteriormente por los afectados, dado que ello, con los bancos rescatados y la situación de crisis, podía afectar al orden público económico nacional.

Pese a ello, el Código Civil establece que cuando una cláusula se declara abusiva, quien pagó por algo injusto debe recibir la suma entregada hasta que se declara irregular esa condición.

La letra del Código Civil y el hecho de que muchos bancos consideren que la resolución del Supremo sólo afecta a BBVA, Cajamar y Novacaixagalicia, hacen que jueces españoles y las audiencias provinciales estén dictando resoluciones contradictorias en cuanto al carácter retroactivo de lo pagado. Por eso, la Audiencia de Málaga quiere unificar doctrina y que los togados de la provincia se pronuncien, salvo casos concretos, con una mínima unidad de criterio. Además de las deliberaciones, el presidente de la Audiencia, Antonio Alcalá, piensa en convocar una reunión entre los magistrados para fijar unos criterios generales, algo que aún no se ha decidido.

Alfredo Martínez, delegado de la Asociación de Usuarios de Bancos (Ausbanc) en Málaga, que sitúa en 80.000 el número de afectados, es el responsable de que la Audiencia vaya a dictar ahora una resolución sobre uno de los casos fallados en primera instancia, que ha recurrido el banco en cuestión. En concreto, un Juzgado de lo Mercantil de Málaga decretó la nulidad de una cláusula y la devolución de las cantidades con carácter retroactivo, pero la entidad recurrió. Ausbanc ha sido también la asociación que interpuso la demanda colectiva contra BBVA, Cajamar y Novacaixagalicia.

«El Supremo nos dio la razón en todo, de tal forma que el que se devuelvan las cantidades en un procedimiento individual, 5.000 o 7.000 euros, no afecta a la seguridad ni al orden económico», reflexiona, en relación a la demanda colectiva que acabó obligando a tres grandes entidades a suprimir las cláusulas. Ahora, otras creen que ello no les afecta.

Su asociación lleva a 2.000 afectados en Málaga, y un millar de ellos están ya en fase judicial -con la demanda presentada-. Otros mil están en la fase de negociar con el banco en cuestión, «pero la negociación es inexistente», dice, al tiempo que se queja de que el Supremo hizo un pleno «para trasladar la resolución a situaciones análogas».

El responsable en Málaga del Instituto Andaluz de Estudios Financieros, Ángel Yagüe, explica que las tasas están echando a muchos de los afectados para atrás a la hora de irse a los tribunales. «No acuden al juez por las tasas judiciales o porque están a la espera de la nueva normativa», dice, y califica este fenómeno con el famoso dicho del pájaro en mano.

Ahora, explica, las entidades están ofreciendo acuerdos a los clientes que tienen cláusulas suelo, pactos que consisten en concederles un periodo de carencia de pago de estos intereses. «La gente dice sí, y este año, por ejemplo, se beneficia de no pagar, pero no sabemos cómo estará el año que viene el Euríbor». Ahora está realmente bajo, en el 0,543%, y muchas de esas cláusulas tienen un 1% más Euríbor, con lo que pagan realmente poco por el momento.

«Los bancos siguen sin hablar de devolución de las cantidades ya pagadas: y algunos de estos periodos de carencia, que van de uno a tres años, pueden resultar engañosos, porque firmar el acuerdo supone reconocer la existencia de la cláusula suelo», indica. Para que sea abusiva y, por tanto, nula, ha de haber poca transparencia, es decir, que el cliente no supiera de su existencia o no se le explicaran bien las condiciones. Si ahora se firma un acuerdo, algunos de éstos implican la admisión de la existencia de la cláusula.

«Si la cláusula es transparente y eres mayor de edad, pueden obligarte al pago», precisa.