A las 19.30 horas de esta tarde enfilaba la cruz guía la calle Santa Lucía y cientos de malagueños se agolpaban a lo largo del itinerario que debían recorrer el Señor del Sepulcro y la Virgen de la Soledad para llegar hasta su nueva sede, la abadía de Santa Ana, desde la parroquia de los Mártires, que ha sido su morada durante 47 años.

A las seis de la tarde una misa de despedida ha precedido al traslado. Los titulares de la cofradía del Viernes Santo se han parado a hombros de sus portadores ante todas las hermandades con las que han compartido sede canónica durante décadas como Gitanos o Huerto. Ya en la calle, cuatro tambores roncos flanqueaban a la cruz guía imponiendo silencio, y el gentío ha podido disfrutar de ver casi a la altura de su cabeza al Señor del Sepulcro, que ha sido portado a hombros por los miembros de la permanente, el consejo y cinco ex hermanos mayores.

Durante todo el recorrido, el Señor del Sepulcro y la Virgen de la Soledad, portada en unas sencillas andas, han estado acompañados por cientos de malagueños pese a la fría tarde del sábado. Miembros de la Marina, y autoridades civiles y religiosas han participado en el cortejo. Entre otros, más de una veintena de hermanos mayores han formado parte del desfile, con el presidente de la Agrupación de Cofradías, Eduardo Pastor, a la cabeza. Especial afluencia ha habido cuando el traslado ha pasado por la calle Santa Lucía y la calle Granada.