El vicepresidente de la Cámara de Comercio de Málaga, Juan Cobalea, denunció ayer la «discriminación» que a su juicio sufre Málaga en materia de inversión pública tras un año 2013 en el que recibió una inversión media de alrededor de 85 euros por habitante, menos de la mitad que los 178 que, según sus cálculos, se destinaron en el conjunto andaluz y de los 184 que se computaron a nivel nacional. Cobalea afirmó que Málaga está «pagando» el haber recibido grandes inversiones en el periodo anterior a la crisis para obras como el AVE o el Aeropuerto, lo que considera una actitud «equivocada» del Gobierno.

En 2007, la provincia recibió un máximo inversor de casi 1.500 millones de euros, una cifra que ha bajado más de un 90% hasta el entorno de los 130-140 millones que la Cámara ha computado para este pasado 2013 (la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga eleva esta cifra a 144,6 millones, como publicó este periódico hace unas semanas). Según los datos del representante de la Cámara, la inversión en Málaga se mantiene en niveles «ridículos», mientras que en el conjunto de toda España ha subido un 15% y en Andalucía en torno a un 60%.

«Parece que la idea es que Málaga ya tuvo inversiones en su momento y que ahora le toca a otros pero esa es una postura de poco rigor. El pasado es pasado y toca abordar el presente y el futuro. Si Málaga, por su potencial económico, es como un jugador que marca siempre goles, ¿por qué lo vas a dejar en el banquillo? Tenemos que seguir sosteniendo al equipo, en este caso la economía», apuntó. Partiendo de los datos de población, Cobalea recordó que Málaga concentra casi el 20% de los habitantes de Andalucía y el 3,5% de los de España lo que, haciendo una proyección, la haría acreedora a más del doble de la inversión que está recibiendo actualmente.

«Hablaríamos de un mínimo de entre 250 y 300 millones de euros al año. Sin embargo, la tendencia es la contraria, y se agrava año a año. La única obra importante de 2013, el anillo ferroviario de Antequera, quedó desierta en su licitación», afirmó.

Planificar el futuro

La Cámara admite, por supuesto, que no es el momento de solicitar obras de envergadura pero sí de acometer la redacción y estudio de las infraestructuras del futuro, caso del tren litoral, el diseño futuro del Guadalmedina a su paso por la capital o las nuevas infraestructuras hidráulicas. El saneamiento integral de la Costa del Sol es otra de las reivindicaciones históricas.

El sector destaca también que la obra pública es un gasto productivo, ya que algunos estudios cifran entre el 60% y el 62% el dinero revertido, sumando tanto impuestos como el dinero que se ahorraría en prestaciones por paro. Y cuando la edificación de viviendas sigue parada, las infraestructuras cobran aún más relevancia. La construcción en Málaga, que llegó a emplear a más de 100.000 personas, apenas da trabajo ahora a 30.000.