Seguro que, aunque el plazo para la escolarización no empiece hasta abril, ya hay padres buscando guardería para sus pequeños. Son precavidos y no quieren esperar al último momento para tomar una decisión. Yo me encuentro en esa tesitura y, la verdad, parece todo una odisea. Independientemente de la trascendencia o no que para una niña que ni siquiera tiene dos años pueda tener en su futuro educativo, a mí es que me gusta tener cierta fiablidad en las cosas, ya que el riesgo a equivocarme siempre existe, al menos intento reducirlo al máximo. O consolarme pensando que no quedó por mí.

Los más pequeños inician su aventura educativa, efectivamente, siendo demasiado pequeños. Entran de lleno en un sistema en el que, como poco, permanecerán hasta que cumplan 16 años de edad. Ahora apenas si cuentan con unos meses, pero la sociedad del siglo XXI impone unas condiciones de vida que no tienen sentido. Los centros de Infantil son una ayuda vital para las familias que trabajan. Pero además de su papel conciliador, cumplen un papel educativo de primer orden, antes de que empiece la etapa obligatoria. Comparto el que una escolarización temprana puede ser beneficiosa para adaptar al niño antes de ir al cole y para que aprenda a socializarse con iguales, a cumplir horarios, a tener referentes más allá de los que puede encontrar en sus padres... Pero es que son muy chicos. En mis tiempos uno iba al parvulario y no entraba al colegio hasta los seis años. Todo se ha adelantado.

En fin, como no es cuestión de darle la espalda a la vida -y para tener plaza el año que viene en el centro deseado, que todo hay que decirlo- andamos buscando guardería y lo primero que nos ha llamado la atención es la cantidad de papeleo que nos piden: fotocopia del DNI de los padres, padrón de la unidad familiar, original y fotocopia del libro de familia de todas las hojas cumplimentadas, vida laboral... En caso de actividad laboral: certificado de empresa original (indicando horas laborales y lugar de trabajo). En caso de estar desempleados: certificado del INEM y declaración jurada de ingresos. Un poco más y piden polvo de hadas, el cuerno de un unicornio y las siete bolas de dragón, como me dijo mi amigo Jorge Salinas. Vamos, que es más difícil apuntar a la niña en la guardería que darte de baja de una compañía de telefonía móvil.

Y luego esperar para saber, si el centro es conveniado por la Junta de Andalucía, cuánta bonificación te corresponde en función de los ingresos. Más uniformes, comedor, seguros... Definitivamente comienza otra nueva vida.