Tras cerca de tres años de negociaciones, Unicaja ha dejado al fin encarrilada la compra del Banco Ceiss. Pese a que su oferta no logró el pasado 20 de enero el respaldo del 75% de la deuda subordinada y de los preferentistas que se había marcado como objetivo mínimo (el apoyo fue de poco más del 60%), la entidad ha asegurado el éxito de la operación tras pactar con el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) una ayuda pública adicional máxima de 241 millones de euros. Este dinero se destinará a cubrir las indemnizaciones de las posibles demandas judiciales que presenten los preferentistas de Ceiss que no han aceptado la oferta de canje. La aportación de fondos debe ser, no obstante, aprobada por la Comisión Europea, aunque el apoyo para Unicaja de parte del comisario Joaquín Almunia estaría ya asegurado, según explicaron fuentes del sector.

La operación recibirá además otros 200 millones de euros que ya fueron pactados hace unos meses a cuenta del denominado «riesgo Sareb». Con esta cantidad se hará frente a los posibles desfases entre la valoración de los activos inmobiliarios de Ceiss y el precio que pagó por ellos el conocido como «banco malo».

Los dos bancos celebraron ayer sendos consejos de administración donde dejaron perfiladas las líneas básicas de modificación del plan de resolución de Ceiss y del marco del acuerdo de su plan de compra por parte de Unicaja. Ceiss mandó por la noche los acuerdos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en un hecho relevante aunque más tarde alertó de algunas incorrecciones que serían precisadas en una nueva comunicación.

Unicaja, por su parte, mandó una comunicación a la CNMV pasadas las dos de la madrugada poniendo como tope el 31 de marzo para que los acuerdos en torno al proceso estén aprobados y formalizados. Hasta que eso no ocurra Unicaja no aplicará la dispensa para aceptar la compra de Ceiss. Esta dispensa es algo absolutamente necesario para que la operación se materialice, ya que la oferta de Unicaja no alcanzó el objetivo 75% del respaldo de los bonistas y accionistas de Ceiss y, por tanto, la compra no se realizó de forma automática. En caso de que a finales de marzo los acuerdos no están aprobados, Unicaja señaló que renunciará a ejecutar la dispensa, con lo que la operación quedaría anulada.

En todo caso, fuentes próximas a la entidad consultadas por este periódico aseguraron que con estas decisiones la operación queda «absolutamente encarrilada», al dejar cerradas las condiciones en las que Unicaja aceptará el resultado de la oferta del canje de bonos.

«Después de esto podemos decir que Unicaja va a comprar Ceiss, aunque la operación tarde en concretarse algunas semanas más por los trámites que quedan pendientes», apuntaron.

Y es que Ceiss tendrá que cerrar todavía el acuerdo con la Sareb y firmar un contrato con el propio FROB (con un plazo de 15 días) para documentar todo lo que se ha pactado. La Unión Europea debe, además, oficializar su apoyo a estas nuevas ayudas. Un peaje que tendrá que pagar Ceiss es aceptar un 5% adicional de reducción en su plantilla y número de oficinas respecto a la reestructuración que le impuso la UE a finales de 2012.

En concreto, y según el acuerdo alcanzado por Ceiss con el FROB, el organismo público asumirá el 71% del impacto de los efectos negativos que pudiesen tener los procedimientos de reclamación de titulares de bonos, hasta un máximo de 319 millones de euros (241 millones de euros netos), asumiendo Banco Ceiss el 29% restante.

El FROB se encargará de comprar los títulos de esos preferentistas aunque Unicaja se ha asegurado de que ese procedimiento no implique su entrada como accionista de la entidad. Y es que el FROB tendrá la obligación de transmitir esos títulos a terceros en un plazo de tres meses. Y no podrá hacerlo ni a otros bancos ni permitir que las personas o entidades a quien se los transmita concentren más del 1% del capital social.

En cuanto a los activos tóxicos inmobiliarios, el compromiso de Ceiss con la Sareb o «banco malo» incluyen la renuncia de ambas partes a cualquier reclamación judicial, administrativa o de cantidad a cuenta del precio que se pagaron por los activos.

Las conversaciones para la fusión de Unicaja y Ceiss se iniciaron en abril de 2011 aunque han sufrido innumerables vaivenes desde entonces para adaptarse a las cambiantes circunstancias. Y lo que en principio iba a ser una integración de entidades cambió a un proceso de absorción cuando en diciembre de 2012 la UE aprobó el plan de reestructuración de la antigua Caja España-Duero. A favor de Unicaja ha jugado el hecho de que siempre ha sido vista como la mejor opción que le quedaba a Ceiss dentro del proceso complejo de reestructuración del panorama financiero español.

El último obstáculo ha sido superar la baja aceptación que tuvo la oferta final lanzada por Unicaja para comprar la entidad castellanoleonesa. El capital emitido por Ceiss es de 1.200 millones de euros, de los que 800 están en manos de los antiguos tenedores de preferentes y de deuda subordinada (un colectivo de bonistas formado por unas 33.000 personas, sobre todo pequeños ahorradores) y otros 400 son de los grandes clientes mayoristas (unos 4.000, entre empresas e instituciones). Unicaja logró el respaldo de casi el 100% de estos grandes clientes, pero sólo del 40% de los pequeños.