Una de cada cuatro personas padecerá un trastorno mental alguna vez en su vida, pero la crisis económica ha disparado la depresión y la ansiedad en los últimos años. De hecho, de 2006 a 2010 en España se ha producido un aumento muy significativo de las consultas al médico de familia por motivos de malestar psicológico, según un estudio epidemiológico publicado en la revista European Journal of Public Health.

Este estudio comparó la prevalencia de los trastornos mentales en los servicios de Atención Primaria, a partir de los datos recogidos en 2006-2007 y cuatro años después (2010-2011), evaluando a un total de 13.816 pacientes que acudieron a este nivel asistencial. Los resultados pusieron de manifiesto un aumento considerable de los pacientes que acudieron a consulta por trastornos del estado de ánimo, ansiedad, trastornos somatomorfos y problemas de consumo de alcohol desde el inicio del periodo de recesión económica, según la web del Consejo General de la Psicología de España.

«Los trastornos mentales que han registrado un mayor aumento son los trastornos del estado de ánimo, seguidos de los trastornos de ansiedad», asegura. En concreto, el trastorno depresivo mayor ha pasado de una prevalencia del 28,9% en 2006 al 47,5% en 2010, lo que implica que, actualmente, los problemas de depresión están presentes en cerca de la mitad de los pacientes que acuden a los centros de salud.

De hecho, según el coordinador general de la Fundación de Asistencia Nacional de Ayuda a los Enfermos de Depresión (Anaed), Jose Ramón Pagés, la cifra se ha disparado hasta un terrible 25% desde que en 2007 comenzara la crisis. «El número de casos de depresión exógena -­la causada por elementos externos, como las circunstancias que rodean a la persona- ha crecido mucho por la situación de la economía», señala. De hecho, alerta de que la crisis ha llevado a muchas personas que en otros tiempos gozaron de un gran poder adquisitivo a una profunda depresión. También le preocupa la depresión juvenil. «Se están produciendo en mucha medida no solo porque chavales se deprimen por la situación familiar, sino porque abusan excesivamente de las redes sociales, hay mucha soledad y no saben comunicarse».

Este incremento de casos de depresión también ha sido percibido en la provincia. Las unidades de Salud Mental Comunitaria de la provincia atendieron en 2012 a 49.756 personas, una cifra superior a la del año anterior. En el total de Andalucía, un 34% de los pacientes tratados en dichas unidades presentaron trastornos relacionados con ansiedad, depresión y somatizaciones. Las dos unidades de hospitalización de Salud Mental en Málaga registraron 1.591 ingresos en 2012 en régimen de estancias cortas y las dos comunidades terapéuticas de Salud Mental, donde se realiza una atención intensiva con hospitalización de media y larga estancia para pacientes con trastorno mental grave, se atendió a 167.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en 2013 un dato muy significativo: la depresión es la tercera causa de discapacidad en el mundo y en 2020 será la primera. «Lo que se nos viene encima es una pandemia, que en 7 años crezca tanto es una barbaridad», alerta.

Anaed alerta de un dato significativo: el año pasado se vendieron en España 85 millones de cajas de ansiolíticos. «Los médicos de cabecera están desbordados en los centros de salud y como primer paso están recetando estas pastillas», señala. De hecho, se calcula que el 20% de las prescripciones que realizan los médicos de asistencia primaria en el Estado español es de ansiolíticos, según datos presentados por la Asociación de Neuropsiquiatría Española (AEN).

La investigación « The mental health risks of economic crisis in Spain: evidence from primary care centres, 2006 and 2010» también analiza algunos de los factores que han podido contribuir al aumento del malestar psicológico de la población española. A partir del análisis de datos, se desprende que la situación de desempleo -tanto del propio afectado como de algún miembro de su entorno familiar-, las dificultades para hacer frente al pago de la hipoteca o el riesgo de desahucio se perfilan como factores de riesgo para el aumento de la prevalencia de los trastornos mentales.

José Ramón Pagés reconoce que le preocupa mucho que la sociedad mire en otra dirección cada vez que se habla de los suicidios por depresión. «Se siguen ocultando a pesar de que la OMS recomienda que se hable porque el efecto contagio está descartado», dice. De hecho, apunta que la mientras han descendido las muertes por accidente de tráfico o VIH. «Sin embargo, las causadas por depresión siguen aumentando». Y es que según el coordinador general de Anaed, la administración y las familias deberían actuar. «Si fuera así, el 75% de los suicidios se podrían evitar», subraya.

Por este motivo, pide que se deje de estigmatizar a los enfermos mentales y recomienda que, al igual que se hacen revisiones anuales de la boca, deberían hacerse de la mente. «Deberíamos evaluarnos, ir al psicólogo de manera natural. Esto antes lo hacían los curas...pero mejor que lo haga un experto», sentencia.