Trabaja de prácticas en un hotel de lujo de Marbella y está contento con su vida en general, pero hace varios años vivió un capítulo que le hizo pasarlo mal durante tres o cuatro meses. Este joven toledano vivía aún en su ciudad cuando con 14 o 15 años tuvo su primera experiencia íntima con un chico. La mala suerte hizo que un amigo de éste le viera y le contó todo lo que vió a su grupo de amigos en común.

«Un día me llamarón para que les contara que pasó y como eran mis amigos yo inocentemente se lo narré todo», comenta Carlos. Lo que no sabía era que le grabaron y entonces empezó su calvario. Lo amenazaron con que enseñarían el audio a todo el mundo si no les invitaba a cenar o cedía a ciertos chantajes.

El menor, aungustiado por la situación ya que aún no sabía su entorno que era homosexual, vivió unos meses difíciles y con miedo a que todo el mundo se enteresa.

La conversación llegó a todo el mundo aunque la gota que colmó el vaso fue cuando fueron a su vivienda para mostrárselo a su madre. Desesperado, se lo contó a su hermana mayor que salió para quitarles la cinta y poner fin a su pesadilla.

Esa es la historia más marcada de este joven de 26 años que se alejó de esas amistades y rehizo su vida rodeado de personas con más lucidez.