La provincia de Málaga cerró el año 2013 con el segundo mejor dato de exportaciones de toda su historia -lo que confirma la apuesta del empresario por la externalización- y con un nuevo descenso de las importaciones, algo que también revela que el consumo interno sigue bajo mínimos. El resultado es que Málaga, que hasta la crisis presentaba un ancestral déficit en su balanza comercial (la diferencia entre exportaciones e importaciones), ahora tiene un superávit récord de 215 millones de euros.

Según los datos de la Agencia Andaluza de Comercio Exterior (Extenda), Málaga registró el pasado año un total de 1.420 millones en ventas al exterior, una cifra que mejora en un 2% al ejercicio anterior y que sólo es superada por los 1.493 millones que se lograron en 2011. Por contra, las importaciones cayeron otro 5,5% y se quedan en un mínimo de 1.204,9 millones.

«Es tremendamente positivo que hayan subido las exportaciones aunque a Málaga le queda muchísimo por hacer. En cuanto a las importaciones, se pone de manifiesto que el consumo sigue cayendo. En todo caso, que la balanza esté en superávit acaba siendo bueno para la economía de una provincia», apuntó el presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, Jerónimo Pérez Casero. En Málaga hay más de 4.000 firmas exportadoras, pero sólo algo más de 600 se dedican al comercio exterior de manera continua, es decir, como estrategia de negocio. Se estima que este núcleo de empresas es la responsable de hasta el 85% de las exportaciones malagueñas.

En todo caso, las cifras de la balanza comercial de 2013 confirman el absoluto cambio de tendencia. Antes de la crisis, la provincia se sostenía en dos pilares, el turismo y la construcción, de naturaleza eminentemente consumista y escasa vocación exportadora. Como señala Pérez Casero, Málaga siempre ha pagado en este sentido su endémica falta de industria. Con este panorama, el déficit comercial de Málaga se movió siempre en la primera década de este siglo XXI entre los 150 y 300 millones, alcanzando un récord negativo de 950 millones en 2007, en pleno auge de consumo de empresas y familias. En aquel año, Málaga importó mercancías por valor de 1.924 millones de euros y exportó productos por tan sólo 980 millones. Todas las empresas centraban sus esfuerzos en el mercado nacional, que daba abasto de sobra. La crisis y el desplome del consumo interno, sin embargo, han obligado progresivamente a las empresas a lanzarse al mercado exterior. De 2007 a 2013 las exportaciones han subido un 45% y las importaciones se han reducido casi un 40%.

El consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, José Sánchez Maldonado, informó ayer de que en 2013 Andalucía presentó el mejor registro exportador de la historia, con 25.970 millones en ventas al exterior (un 2,9% más que el ejercicio anterior), batiendo además por cuarto año consecutivo su récord con un crecimiento de las ventas de más del 80% desde 2009. El consejero se congratuló de que la comunidad se consolida como la tercera más exportadora de España.

De hecho, según los datos de la Junta, Andalucía ha registrado 33 puntos más de crecimiento que la medida nacional entre 2009 y 2013. Sánchez Maldonado destacó la estructura y diversificación de estas exportaciones, que se fundamentan básicamente en dos sectores: el industrial y tecnológico y el sector agroalimentario.

El consejero detalló que el 28% de las exportaciones agroalimentarias españolas son de Andalucía. Sin embargo, dijo que «ya no dependamos, como ocurría tradicionalmente, sólo y exclusivamente del sector agroalimentario para exportar», ante el aumento de los sectores tecnológicos e industriales.