­El sol y la playa aderezados con una amplia oferta cultural y comercial de lujo son la combinación perfecta para que el cliente ruso de alto poder adquisitivo ponga sus ojos en la Costa del Sol. Desde hace una década el número de turistas y residentes procedentes de este país ha ido creciendo en el litoral malagueño. Llegan de viaje para conocer el mar Mediterráneo, se enamoran de nuestra tierra y fijan su segundo domicilio.

Uno de los sectores que más beneficiado se ha visto por este nuevo mercado originario de Rusia ha sido el inmobiliario. Las ventas de viviendas de lujo se han incrementado en un 30% hacia el público ruso en el último año. Marbella, Benahavís y Estepona forman el conocido «Triángulo de Oro», punto de referencia para los compradores más selectos.

Pero el cliente ruso no es conformista, al contrario, está dispuesto a pagar cualquier cantidad de dinero pero con un alto nivel de exigencia respecto a las calidades. «Los rusos son muy estrictos a la hora de la compra. Valoran todos los detalles y van buscando el lujo en zonas exclusivas», señala Ignacio Sánchez, agente de la inmobiliaria NVoga.

Las zonas más reclamadas se encuentran en Marbella y en las urbanizaciones de la Milla de Oro, Sierra Blanca y La Zagaleta. En esta última no todo el que quiera puede comprar una vivienda. Este refugio de empresarios y políticos internacionales cuenta con una alta seguridad y la discreción más absoluta. Para realizar una compra primero hay que estudiar la situación financiera del interesado, que ha de tener un patrimonio diez veces superior a la vivienda a la que aspira.

Además, la sociedad del complejo ha de aprobar la venta. En ocasiones, a pesar de tener el nivel adquisitivo requerido, se ha negado la entrada a personajes muy famosos que puedan atraer periodistas y romper la armonía establecida. Una mansión en Zagaleta puede llegar hasta los 30 millones de euros. Entre los políticos rusos establecidos en este lugar destaca el exalcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.

Así pues, el cliente proveniente de Rusia busca todas las comodidades y no compra por menos de un millón de euros. Pistas de pádel, piscinas, jacuzzis, saunas, salas de cine y, por supuesto, una estricta seguridad, son los servicios más reclamados por este público de alto nivel adquisitivo.

Los rusos están reactivando el sector inmobiliario en la Costa del Sol y por ello cada vez más se adapta a sus gustos y exigencias. La mayoría de negocios dedicados a este fin han incorporado agentes que hablen ruso y las páginas web se traducen al idioma.

Además, entre las inversiones con dinero procedente de Rusia se encuentran, precisamente, las inmobiliarias, los hoteles y los locales comerciales. Este es el caso de Luxhome Riviera Real Estate, donde su responsable, Andrey Zagainov, asegura que «el cliente ruso es un enamorado de Andalucía».

Pero no solo se trata de grandes mansiones. Existe un público que desea estar cerca de la gente y adquirir mejor una vivienda en un lugar de trasiego, especialmente, en Puerto Banús. «Aquí hay muchos cantantes y actores rusos que han fijado su residencia en Marbella. En nuestro país no pueden andar por la calle debido a su fama y, sin embargo, aquí pueden pasear por la playa e ir de compras sin que nadie les pida un autógrafo», señala Zagainov.

El turismo es el primer punto de contacto con la Costa del Sol. En España se ha doblado en número de visitantes procedentes de este país en tan solo dos años y en nuestro litoral se incrementa su presencia a un ritmo del 26% anual. Muchos rusos deciden fijar su segunda residencia en la costa tras visitarla tras unos días de vacaciones.

Las familias suelen instalarse en España y envían a sus hijos a los colegios internacionales de la costa. Por un lado las mujeres montan aquí sus empresas dedicadas especialmente al mundo de la moda, las joyas, el deporte y la belleza. Mientras, los hombres mantienen sus negocios en Rusia y van y vienen desde Moscú. Actualmente cerca de 1.200 rusos están censados en el municipio de Marbella.

La nueva Jet Set

«Hace diez años nadie invitaba a los rusos a las fiestas de alta sociedad y ahora somos nosotros quienes las organizamos», asegura Zhana Martel, propietaria de un salón de belleza que lleva su nombre en el Marbella Club.

Y es que los rusos se han hecho con el conocido glamour de Marbella. Lujo, ostentación, ropa de diseño y grandes eventos son el día a día de esta clase adinerada que se prodiga por la costa.

En Marbella existen varios clubes de sociedad entre los que destaca Luks Marbella VIP. «Nos gusta realizar eventos donde poder relacionarnos con otros rusos a la vez que nos abrimos cada vez más a la comunidad internacional», señala su responsable, Marina Nitzak.

Los casinos y los salones de hoteles de lujo son algunos de los lugares que más gusta frecuentar al público ruso en sus ratos de ocio. «Lo bueno de la creciente comunidad rusa en Marbella es que ya hay muchos locales adaptados a nosotros. Ya contamos incluso con un karaoke para poder divertirnos cantando canciones en nuestro idioma», apunta Nitzak.

Y es que el carácter ruso, lejos del estereotipo frío y distante, tiene una forma de ser abierta y servicial. «Nosotros somos muy desconfiados al principio. Tardamos en hacer amigos pero cuando lo conseguimos somos muy sociables y nos gusta la diversión como puede gustarle a los andaluces».

Uno de los negocios más frecuentados por la alta sociedad es el «Royal Tennis Club» en Marbella, dirigido por la empresaria rusa Olga Kharitonova, donde hasta el tenista Rafa Nadal ha impartido una master class.

@MariaAlbarral