El pleno de la Diputación guardó esta mañana un minuto de silencio en memoria de las víctimas fallecidas en los brutales atentados de Atocha del 11 de marzo de 2004.

La corporación se puso de pie minutos antes de la celebración de la sesión para homenajear a los fallecidos y mostrar su solidaridad con el dolor de las familias.

Entre los asesinados por los terroristas, que se elevaron finalmente a los 191, figuraba Victoria, una joven de 30 años que estaba a punto de casarse y que era oriunda del municipio malagueño de Cuevas Bajas.