«Se envejece como se ha vivido». Es una de las conclusiones del coloquio «Cómo llegar a los 90 años», en el que expertos de la salud y el envejecimiento han destacado que los genes aportan alrededor de un 60% en el proceso, pero el resto depende de factores ambientales que pueden modificarse con buenos hábitos.

Sin olvidar esa carga genética que marca a cada persona, adoptar hábitos saludables desde la infancia «es lo mejor que se puede hacer por los hijos», señala José Antonio López Trigo, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Las personas que tienen y se plantean proyectos alcanzan de media siete años más de vida, pero también mejora el proceso de envejecimiento ser optimista y tener buenas relaciones familiares y en el entorno social.

«Los optimistas tienen más posibilidades de sobrevivir a las enfermedades cardiovasculares que los pesimistas», asegura el presidente de la Fundación Edad y Vida, Eduardo Rodríguez Rovira. Además, destaca que «generar ilusiones alarga la vida», porque contribuye a «mantener el cerebro vivo y dinámico».