Málaga tendrá el próximo septiembre «un gran cerebro» que controlará la ciudad y detectará los problemas cotidianos que puedan surgir en ella para que afecten menos al día a día de los ciudadanos, según declaró a Efe el concejal de Innovación y Nuevas Tecnologías, Mario Cortés.

El edil manifestó que existen ocho centros de control distribuidos por toda la ciudad que trabajan por separado, con sus propias unidades de personal y sus propios sistemas, por lo que se pretende unificar esos centros en uno solo y «hacer mucho más eficiente» la gestión de la capital malagueña.

Señaló que no le consta «ningún centro igual en el mundo», aunque sí parecido en lo relacionado sólo con las emergencias y no en el control y gestión de todos los sectores municipales juntos. Para ello, se cuenta con el apoyo de IBM y Telefónica, ya que la primera aportará el software de inteligencia y la segunda la parte de gestión de telecomunicaciones. Quedarían reunidos el centro de control de tráfico, aparcamiento, grúa, acceso al centro histórico, autobuses, alumbrado público y control de obras de Urbanismo. Por su parte, el centro de emergencias será independiente, ya que necesita unas condiciones de seguridad «muy especiales», puesto que tiene que ser «antisísmico» y con una unidad de comunicaciones separada y su propio sistema eléctrico.

Cortés explicó que en una gran sala se localizarán estas unidades de control que gestionan la ciudad para que haya «mucha más sinergia», para profundizar en nuevos servicios, trabajar coordinados y hacerlo más barato, porque las mismas personas podrán dedicarse a más funciones. El ahorro estimado será de alrededor de 800.000 euros, ya que además de instalar todo en un solo espacio, se unificarían los costes de gestión, de mantenimiento, consumo, vigilancia, seguridad y también todos los teléfonos de atención al público -agua, limpieza, 010 de información general, alumbrado público, tributos y emergencias 080 y 092-. Así, los ordenadores centrales de cada uno de los servicios municipales se unirán en un gran ordenador central y se dotarán de un programa informático que será «la inteligencia de la ciudad», por lo que ese sistema estaría por encima de los demás y ayudaría a tomar decisiones.

Cortés comentó que, si se rompe una tubería en una calle, hay que llamar a la empresa de aguas y supone un corte de tráfico, regular los semáforos, afectaría a las líneas de autobuses, tendría que asistir la policía y afectaría incluso al alumbrado público, por lo que de esta manera todo se gestionaría de forma automática para los avisos.

«Se está trabajando ya en los pliegos», aseguró Cortés, que añadió que «si todo va bien» en septiembre se trasladarán las primeras unidades de control a Tabacalera.