Nunca olvidará el 3 de marzo. Esa fecha ha quedado grabada para siempre en su memoria. Tras más de once años intentando ser madre, ese día su más ansiado deseo se cumplió. Atrás quedaron seis intentos fallidos de reproducción asistida con tres abortos incluidos.

Sus hijos Ainhoa y Francisco Manuel nacieron por cesárea tras 38 semanas de gestación. Fue un parto programado que no se adelantó, lo que ayudó a aliviar a Ana Isabel, con miedo constante desde que se quedó embarazada a perder a sus bebés. «Lo hemos pasado muy mal. A veces, todavía no me lo creo. ¿Son míos? Pero sí, la verdad es que todo queda atrás, aunque el subconsciente es muy malo porque los otros tres embarazos fueron bien hasta que se les paraba el corazón», cuenta la mujer con pesar.

Su primer Día de la Madre será, a buen seguro, inolvidable. «Siempre que llegaba el día, como lo estábamos intentando, pensaba: ´ojalá lo pudiera celebrar´. Y ahora lo voy a hacer y encima por partida doble. Es súper extraño, todavía los miro y me pregunto si lo he logrado», señala Ana Isabel, que con 38 años se siente en el mejor momento de toda su vida.

Porque la historia de Ana Isabel y su marido es la de un auténtico calvario. Además de tener dificultad para lograr quedar embarazada, cuando lo conseguían no salían adelante. Tras pasar por varios médicos y pruebas, recalaron en la consulta de Luis Alonso tras una recomendación. «Me dijo que tenía una malformación en el útero y que quizás fuera eso. Me operó y a los meses fui a Gutenberg y me quedé embarazada de mis niños», cuenta. «Bendita sea la hora en que me lo recomendaron».

No les sorprendió que fueran dos porque le implantaron dos embriones. Tienen congelados otros dos y no saben que harán. «De momento criaremos a los mellizos. Me ha cambiado la vida y no quiero mirar atrás».