Sara ha estudiado durante ocho años de su vida para empezar, por fin, a ejercer la medicina. Es su pasión y siempre supo que sería médico. Atrás quedan años de estudio en la biblioteca de su barrio para sacar una buena calificación en Selectividad, largas noches con café en casa para sacar las asignaturas de la carrera y poca vida social para preparar el MIR, ese examen que les otorga una especialidad con una competencia durísima. Y ayer empezó su vida como médico y, como algunos compañeros recordaban, acababa la suya propia. La dirección de los hospitales Carlos Haya y Clínico dio la bienvenida a 124 sanitarios que aterrizaron con sus batas blancas el pasado viernes 22. Algunos han ido a parar a centros de salud, unos a urgencias y otros a especialidades y consultas.

El salón de actos del Clínico acogió el acto, al que acudieron algunas de las caras más importantes de la sanidad. A la entrada, nervios. A la salida, risas. No había sido para tanto. Estos jóvenes escucharon durante más de una hora a quienes son sus tutores, a compañeros que hacen la residencia en cursos más avanzados -les aconsejaron qué hacer y qué no- y también tuvieron el punto de vista institucional de manos de la gerencia y la Delegación de Salud.

En este sentido, la directora gerente de ambos centros sanitarios, Carmen Cortes, les invitó a ser humildes y trabajar codo con codo son sus compañeros. «Estoy muy orgullosa de contribuir a que tengáis una formación de las mejores», señaló, al tiempo que les animó a aprender de los más de 9.500 profesionales que forman la red pública sanitaria de la capital malagueña. Carmen Cortes, consciente de la situación a la que se enfrentan estos jóvenes, también tuvo palabras para el empleo en el sector. «Lo que tenemos no es sencillo, lo que teníamos antes no va a volver, tenemos que construir de nuevo el modelo», dijo la gerente, que subrayó que ya no vale «la receta de antes».

El delegado de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Daniel Pérez, les recordó que forman parte de una elite necesaria para la sociedad. En total, recordó, son 207 nuevos MIR para toda la provincia que vienen a sumarse a los más de mil que acaban de empezar el curso en toda la comunidad.

Los tiempos de formación varían según la especialidad, pero ayer comenzaron varios años de trabajo apasionado, de horas y horas de guardias y de charlas con pacientes: los mejores profesores.