­El presidente de los periodistas malagueños lleva en primera línea décadas. Prueba de ellos son sus libros de historia de Málaga y también su buena memoria. Andrés García Maldonado se ha encontrado con don Juan Carlos en varias ocasiones, además de haber seguido su trayectoria pública desde el franquismo. «Recuerdo el desprecio con el que le trataban y cómo fue cambiando después. Contó con una excelente campaña de promoción», recuerda. Echando la vista atrás se traslada hasta 1972, cuando estuvo en una audiencia en el Gobierno Civil a la que acudió como periodista de la Asociación de Amigos de la Universidad. «Se le expuso el deseo de que Málaga tuviera una universidad», recuerda. La muerte de Franco cambió poco después el curso de la vida educativa en Málaga.

El presidente de la Asociación de la Prensa y del Colegio de Periodistas de Málaga recuerda la valentía de Pedro Aparicio en la primera visita a la ciudad como Rey en 1989. «Le contó la falta de comunicaciones y de saneamientos de Málaga y mostró su interés y talante de resolver la situación», indica. Lo vio en varias ocasiones más, aunque sin duda de la que mejor recuerdo guarda es de la de la inauguración de los cursos de periodismo de Estepona, a la que acudió como representante de los periodistas de Málaga. «Cuando me lo presentaron me dijo: ´Buen gremio tienes que presidir, ¿cómo se portan contigo?´ Yo le dije ´como con su Majestad, estupendamente´ y nos reímos».

García Maldonado, que se confiesa republicano, asegura tener la percepción de que se trata de un hombre bueno, campechano y que siempre ha querido lo mejor. «Es verdad que hizo posible una transición y que sin él no hubiese sido así. España le debe al menos que se haya posibilitado la democracia, con sus posibles errores, pero como ser humano le tengo respeto, aprecio y en muchas cosas admiración».

Sobre la abdicación, el periodista reconoce que el momento iba a llegar antes o después. «No sé si se adaptará al tiempo que estamos viviendo tras las últimas elecciones», señala, mientras reconoce que el Príncipe está muy preparado. «Tiene la cabeza bien amueblada. Es más adecuado para el tiempo en el que vivimos que su padre», dice, por lo que señala que la medida es «inteligente». Y es que para García Maldonado esta viene de la mano del tiempo convulso del país y de la propia Casa Real. «Creo que las elecciones no han influido, al menos decisivamente. La corrupción de la Infanta y Undargarin y la situación del país lo ponían muy difícil».