­A pesar de las altas temperaturas y de la influencia del terral, decenas de malagueños se dejaron ver ayer en las playas para dar la bienvenida al verano. Iluminada por un sol tan innegociable como severo, la ciudad vivió de nuevo una jornada marcada por la afluencia de turistas. Aunque, eso sí, quizá también pendiente del bolsillo, porque pocas veces antes costó tanto desplazarse. Sobre todo, en coche. Y no precisamente por el tráfico, sino por el precio de la gasolina, que ha alcanzado su máximo del año, justo en la víspera de julio.

Según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, el litro se ha situado esta semana en 1,488 euros de media, lo que supone no sólo el tope de este año, sino también el mayor nivel desde septiembre de 2013.

La subida ha coincidido con el inicio del mes que representa el comienzo de las vacaciones para miles de familias. El incremento se aprecia de manera nítida si se comparan los precios con los de hace tan sólo siete días. En la última semana, la gasolina se encareció en un 1,4 por ciento. Actualmente su coste rebasa en 2,9 puntos al de enero y en un 1,6 al del mismo periodo de 2013.

De acuerdo con la Unión Europea, el aumento tiene su explicación en la escalada de tensión en Irak, que ha elevado la cotización del crudo. Aunque resulta todavía complicado medir sus efectos, la subida presume una contrariedad para la industria turística. En gran medida, por las fechas, pero también por la importancia del turista nacional, que suele moverse por carretera. En el último año, la Costa del Sol ha sido testigo de la resurrección de la demanda nacional, que se enfrenta ahora al reto de partida de sobreponerse a los nuevas tarifas del combustible.

Málaga, por ejemplo, es la duodécima provincia en la que más cara resulta la gasolina, con una media de más de 1,43 euros por litro. Eso sí, en la comparativa con otros países, España sigue siendo un país relativamente barato. Los precios, pese a la subida, continúan por debajo de la media de la Unión Europea, que se sitúa en 1,586 euros.

Los sobrecostes, no obstante, no desanimaron ayer a los bañistas. La temperatura, superior por momentos a los 34 grados, una de las más altas de lo que lleva transcurrido de mes, justificó cualquier tipo de alivio veraniego. Ha arrancado la temporada. Sin titubeos. Se reinventa el turismo.