J. A. H., un joven de 22 años al que la Fiscalía acusa de acribillar a balazos a otro chico argentino de su misma edad el 28 de junio de 2012 en Torremolinos, ha negado los hechos a preguntas de la fiscal. Ésta mantiene en su relato que a primera hora de la mañana de autos el fallecido fue a casa del procesado, discutieron y éste realizó hasta diez disparos que acabaron con la vida del perjudicado. Le piden 18 años y medio de cárcel por asesinato y tenencia ilícita de armas.

El acusado ha explicado, en su declaración en la segunda jornada que se sigue contra él en la Sala del Jurado, que él no vivía en Torremolinos, donde ocurrieron los hechos, sino que habitaba una vivienda social en Campanillas, y que esa mañana estaba dormido cuando se produjo el tiroteo, porque la noche anterior estuvo de fiesta hasta tarde y el día de autos tenía que ir a montarle un caballo a un cliente. Además, tampoco conocía a la víctima, si acaso sólo de verla por Torremolinos cuando iba a ver a su madre.

También ha negado haber huido de la Justicia, y dice que en los cuatro meses que tardó la policía en detenerlo hizo su vida normal en Campanillas. Su primo, acusado de encubrirlo, también ha rechazado la acusación.