­Nadie en la Consejería esperaba que la demanda por comer en el colegio se comportara como lo ha hecho. Las previsiones se han desbordado en todos los sentidos y miles de niños se han quedado sin plaza de comedor escolar para el próximo curso. Así lo reflejan las listas definitivas de admitidos y excluidos que los centros educativos hicieron públicas el pasado viernes y la indignación de muchas familias que a partir de septiembre se van a ver en serias dificultades para poder conciliar su vida laboral y familiar.

No es algo que ocurra solo en Málaga. Esta situación es generalizada y se ha reproducido en prácticamente toda la comunidad autónoma, según asegura Pilar Triguero, portavoz de la federación de AMPAS de colegios públicos en la provincia (FDAPA). Triguero precisa que los comedores están desbordados y que atienden prioritariamente a los alumnos en situación de riesgo de exclusión social y con carencias en su alimentación, que forman parte del plan SIGA. Los criterios que se utilizan para la concesión de las plazas disponibles también dan preferencia a los alumnos cuyos padres trabajan, pero siempre y cuando lo justifiquen presentando un certificado de empresa.

Según los datos facilitados el pasado año por la Delegación Territorial de Educación, en la provincia de Málaga un total de 372 centros educativos ofrecían servicio de comedor escolar. Más de 50.000 alumnos comían a diario en su colegio, de los que más de la mitad lo hacían gratis, ya que recibían una subvención total por parte de la Junta (en 2008 sólo el 20% de los alumnos comían gratis, lo que refleja cómo la crisis se ha cebado con muchas economías domésticas).

Pese a todo, las previsiones se han visto superadas y aunque en la mayoría de los comedores la Junta de Andalucía ha autorizado las mismas plazas que en el curso escolar recién terminado, hay muchos alumnos que se han quedado fuera, ocasionando un gran problema para sus familias, que se están movilizando para intentar que Educación aumente la oferta.

Sería lo deseable, aunque también muy complicado, ya que, como explica Triguero, para ello habría también que hacer nuevos contratos de monitores, «y la Administración educativa no puede llevar a cabo nuevas contrataciones», explica.

Faltan plazas

Por ejemplo, en el CEIP Tartessos, en Puerta Blanca, Educación mantiene para el próximo curso las mismas 205 plazas de este año. Sin embargo, según indica el director del colegio, Emilio Luis Bueno, este año se han presentado 264 solicitudes, por lo que 59 alumnos se han quedado fuera. «Solicitamos un aumento de las plazas pero los presupuestos están cerrados», señala el director del Tartessos, quien precisa que el equipo directivo no puede aumentar por sí mismo estas autorizaciones. «Estamos atados de pies y manos», asegura.

Lo mismo ocurre, por ejemplo, en el CEIP El Torcal, donde la oferta sí que se ha visto reducida respecto a las plazas disponibles al principio del curso pasado, pero, como explica su directora, Inmaculada Vicente, «porque a lo largo del año muchos alumnos se fueron dando de baja, ya que no recibían subvención». Esta situación fue aprovechada por la Junta para eliminar 45 puestos que el curso que viene serían claves para dar respuesta a la demanda de 232 familias. Este año hay 195 plazas, por lo que 37 se quedan fuera. «La mayoría son alumnos nuevos o los más pequeños de tres años».