El secretario general del PSOE malagueño, Miguel Ángel Heredia, pidió ayer en su discurso ante el Comité Provincial de la formación «constancia en el trabajo» y que sigan centrados en la creación de empleo. «Esta dirección política entiende que la constancia es la mejor aliada del trabajo», dijo. Tras recordar que las elecciones europeas no son como las municipales pero marcan tendencia, animó a los socialistas a seguir en la calle, «escuchando a la gente y solucionando problemas».

Heredia aseguró que la provincia necesita cambios en las grandes alcaldías del PP. «Están carcomidas por la inercia, la autocomplacencia, el favoritismo y el clientelismo, con viejas ideas, sin valentía. El PP está nervioso», dijo. «El PP sabe que puede perder gobierno en grandes ciudades y en la Diputación. Málaga capital es ejemplo del nerviosismo: el proyecto político en la capital ha caducado definitivamente. El ciclo de De la Torre al frente de la Alcaldía ha llegado a su fin, y su equipo está en franca descomposición. El cambio político en Málaga capital es imparable», aseguró.

Un cambio «real»

Por todo ello, planteó que los socialistas deben «representar ese cambio real y factible, estable, debemos ser sinónimos de gobierno para todos», por lo que señaló que tienen un año crucial para ser la alternativa en esos municipios.

«Les pido a las agrupaciones locales y de distrito alianza para el cambio y con la sociedad. Aspiramos a liderar el cambio social, político y económico que nos exige la sociedad malagueña, y tenemos que hacerlo fuertes y unidos», expuso. Por otro lado, pidió al partido ser «coherentes» y se lamentó de ser «incapaces de generar confianza en nuestra base social».

A este respecto, explicó que la falta de coherencia «es decir una cosa y hacer otra; pensar de una manera y vivir de otra. No coherentes es dejar en manos de la derecha la economía y centrarnos sólo en la redistribución de la riqueza generada mediante la inversión social. La gente está cansada de falsas promesas, de discursos vacíos y mensajes huecos, no quiere escucharnos, quiere hablarnos. Escuchémosles. Y tomemos buena nota de lo que nos dicen», relató.