­La llegada de las obras del metro a la Alameda ya empieza a perfilarse en el horizonte con el inicio de la contratación de estos trabajos. Las previsiones de la Agencia de la Obra Pública de la Junta de Andalucía (AOPJA) es que las primeras acciones comenzarán a principios de 2015 con el desvío de las canalizaciones. A partir de ese momento se iniciarán 33 meses de trabajo que implican resolver varios retos complejos. El primero, el desvío del tráfico.

El proyecto de construcción del túnel del metro bajo la Alameda, con 295 metros de longitud, contempla aprovechar la Alameda de Colón para canalizar una parte del tráfico que se desviará. Así, se implantará un doble sentido de circulación en esta vía, con dos carriles por sentido.

El tráfico entrará en la Alameda de Colón desde el puente de Tetuán y desde la calle Linaje, cuya rampa se ampliará de anchura a costa de la acera para darle un tercer carril. Esta obra es fundamental, ya que la calle Linaje absorberá el tráfico desviado desde la avenida de Andalucía hasta la avenida de la Aurora y el puente de la Misericordia. Este será el gran itinerario alternativo cuando la mitad de la avenida de Andalucía y el puente de Tetuán se cierren al tráfico para hacer el túnel.

No obstante, todo este sistema depende de que se terminen las obras del tramo Renfe-Guadalmedina, que llevan cuatro años de retraso y están prácticamente paradas por el enfrentamiento entre la adjudicataria de la obra (la empresa Ortiz) y la Consejería de Fomento, a la que le pide 15 millones de euros. Hasta que no se resuelva este conflicto, que podría derivar incluso en la rescisión del contrato, los trabajos no se retomarán, condicionando también la obra del tramo Guadalmedina-Atarazanas.

La obra del cauce

Uno de los puntos más conflictivos de esta obra es cruzar el cauce del Guadalmedina. La construcción del túnel se hará mediante la colocación de muros-pantalla, que darán continuidad a la galería en ambos lados del río.

La complejidad de esta obra implica desmontar el lateral norte del puente de Tetuán, manteniendo el tráfico en ambos sentidos por el otro lateral. Además, se cortarán los falsos túneles que hay a cada lado del cauce, tanto en dirección a Ciudad Jardín como hacia el mar.

Esta obra, hasta que se restituya el puente, supondrán 13 meses de trabajos en los que habrá un estrangulamiento en la circulación en ese punto, por lo que se recomendará la alternativa del Muelle de Heredia y el Paseo de los Curas para conectar el Este y el Oeste de la ciudad por el litoral.

La idea es iniciar la demolición de esa parte del puente de Tetuán tras el verano de 2015, comenzando de forma inmediata la construcción de los muros-pantalla en el cauce del río con un plazo de ocho meses.

Sin embargo, la complejidad de trabajar en el cauce se acrecienta en otoño e invierno por el riesgo de avenidas de agua, por lo que se plantea retrasar estos trabajos a la primavera para que no haya riesgo de sufrir una riada. De hecho, el proyecto recomienda construir una plataforma de trabajo elevada de 2,5 metros que ocupe la mitad del cauce como medida de prevención ante la llegada de avenida de agua.

Ficus, arqueología y suelo

Trabajar en la Alameda Principal no será mucho más fácil. El túnel irá por el lateral norte, lo que obligará a cerrar al tráfico este espacio, dejando el centro para la circulación de coches y el lateral sur para autobuses, residentes y servicios municipales o de emergencia.

La construcción del túnel tendrá que hacer frente a la previsible presencia de los restos arqueológicos del antiguo fuerte de San Lorenzo, que ocupaba todo el ancho de la Alameda entre las calles Ordóñez y Torregorda. Para ello se realizarán zanjas separadas un metro para determinar la posible ubicación de restos.

Este tramo implica además un problema añadido como es la escasa calidad de los terrenos, fundamentalmente de relleno, por lo que son poco estables. Para ello se harán inyecciones de hormigón en la base del túnel que evitarán movimientos de tierra y a mitad de la galería, como refuerzo.

Para la conservación de los ficus, el túnel se construirá a 7 metros de los troncos, acometiendo el corte manual y especializado de las raíces, que serán tratadas para evitar daños mayores. Además, se rebajará la losa superior del túnel un metro para permitir el paso del agua subterránea.

No obstante, ya se advierte de que cuatro de los 24 ficus históricos están en muy mal estado de conservación e, independientemente de las obras, habría que acometer su cambio para evitar que se caigan.