Maite Ríos, su pareja, cuenta con una sonrisa que, en una ocasión, Paco Marín iba a devolver a la Naturaleza un lagarto, pero al sacarlo de la caja el animal «se le enganchó en la nariz». «¡Pero tío si te voy a salvar, para qué me atacas!», le razonó.

Esta es solo una del torrente de anécdotas que rodea la vida de Francisco Marín Bustamante (1948-2013), un artista, profesor y biólogo socarrón y discreto que en los años 70 revolucionó la enseñanza de las Ciencias Naturales del instituto Pérez de Guzmán de Ronda, gracias a sus excursiones por la Serranía de Ronda, sus charlas y apuntes o las visitas al Certamen de Cine Científico con los alumnos.

«Era un encantador de serpientes como profesor. Nos embobaba a todos, era muy dinámico. Lo primero que hacía, tras presentarse, era repartir folletos que él mismo hacía con los dibujos, en los que explicaba la Naturaleza, la cadena de alimentación... todo eso te llegaba porque no era subrayar un libro. Y después de explicártelo, te llevaba al campo, lo veías y para terminar nos regalaba a cada uno un dibujito», resume Maite Ríos, que lo conoció en el curso de 1976 como alumna: «Fue mi profesor y me enamoré de él», cuenta.

Junto a Maite está Isabel Marín, la hermana de Paco: «Mi hermano era una persona excepcional, el que lo conocía se quedaba marcado por su forma de ser. Cuando hablabas con él se paraba el tiempo, porque lo mismo te trasladaba a las estrellas que a la Naturaleza. Era muy especial».

Lo de las estrellas no es ninguna metáfora. Paco Marín, además de profesor, biólogo, colaborador de Icona y Silvema y pintor era un avezado astrónomo. «Yo creo que hemos visto todos los cometas que han pasado», rememora Maite Ríos.

También acude a hablar con La Opinión Melchor Cano, alcalde de Arriate, aunque lo hace en calidad de sobrino de Paco Marín. De hecho, Isabel comenta que Paco le conocía como Melchorillo. «Tengo recuerdos increíbles de él desde pequeño. Él estaba a diario o semanalmente en la casa porque siempre ha estado muy unido a Arriate, nunca perdió el contacto con el pueblo y tuvo amigos de toda la vida». Melchor agradece el que su tío le enseñara «todos los rincones de la Serranía de Ronda».

Maite Ríos quiere también destacar que Paco, como profesor, iba más allá del papel de un maestro. «Hacía vida de su profesión y si alguien tenía un problema y se lo contaba, él lo apoyaba tanto personalmente, académicamente como económicamente. Era una persona íntegra».

Y esa integridad también la trasladaba a los animales, por eso Maite sonríe cuando califica al naturalista malagueño de «un Félix Rodríguez de la Fuente discreto». Algo del famoso Félix tenía cuando, en los tiempos en los que no había centros de recuperación de aves, se encargaba de socorrer y cuidar a búhos, águilas y todo animal con el que se topara.

El arriateño se jubiló a los 60 años pero continuó ligado, no sólo al instituto sino a todos los colegios de Ronda, en los que proyectaba sus audiovisuales, miles de diapositivas de la Sierra de las Nieves, el Valle del Genal... su mundo.

En agosto de 2013 falleció por un problema de corazón pero un grupo de amigos y familiares (Maite Ríos, los hermanos Isabel, Juana, Manolo y Concha Marín, entre otros) se encargan de que su legado siga vivo.

Para marzo del año que viene hay prevista una segunda exposición de dibujos de este querido profesor en el jardín botánico de La Concepción, puesto que la actual, la que durará casi todo el mes de agosto, es en realidad la muestra que tuvo que posponerse cuando Paco enfermó.

Además, también está previsto que el recuperado certamen de Cine Científico de Ronda esté dedicado a su figura. Será además el momento de exponer su ingente colección de fósiles.

Melchor Cano, alcalde de Arriate, también anuncia que ya hay una propuesta para que Francisco Marín Bustamante sea nombrado Hijo Predilecto de Arriate.

Quien siembra vientos de Naturaleza y dedicación al prójimo recoge un tempestuoso aplauso y un cariño que no se extingue.