La Escuela de Idiomas de Málaga (EOI) ha conseguido reducir en los dos últimos años la tasa de abandono de alumnos que dejan las clases antes de que termine el curso después de haberse matriculado. Pese a que no es fácil encontrar una plaza en este prestigioso centro, ya que la demanda supera ampliamente a la oferta existente cada año, la mitad de los estudiantes deciden no acudir a las aulas, por distintos motivos, muchas veces laborales que le hacen imposible compatibilizar horarios.

El director de la EOI malagueña, Juan Vicente Vega, recuerda que este centro imparte enseñanzas que no son obligatorias, por lo que el abandono está a la orden del día. Y de alguna manera, según reconoce, condiciona la configuración de los grupos y la asignación de plazas. Uno de los motivos por los que de forma tradicional, durante el mes de septiembre, se producen quejas de alumnos denunciando que las clases están masificadas. Vega insiste en que este año, sin embargo, se ha querido minimizar esta solución. «En las aulas donde se supera la ratio el número de alumnos de más se pueden contar con los dedos de una mano», asegura el director.

Cada año la Escuela recibe una avalancha de solicitudes que, sin embargo, parece verse reducida de forma progresiva. Pese a todo, aún son más los demandantes de plaza que los pupitres disponibles y para este curso unas 2.000 personas no han podido ver realizado su deseo de acceder a estudiar un idioma. El inglés sigue siendo el más demandado, y con diferencia. La EOI recibió este año 3.527 peticiones de acceso para 1.185 plazas. Para quien se haya quedado fuera de esta selecta lista de admitidos puede ser indignante comprobar que la mitad finalmente opta por abandonar mientras que ellos no pudieron entrar. Vega matiza que si bien es cierto que de media un 50% deja de asistir a clase, al final el 70% se presenta a los exámenes finales.

Los cursos que más tasa de abandono presentan son los primeros, sea cual sea el idioma. Los que menos son los denominados cursos de certificación, es decir, tercero (a su término el alumno recibe el certificado B1) y quinto (B2). Estos títulos son cada vez más requeridos en concursos de traslados, para obtener una beca de movilidad y en cualquier facultad o centro universitario.

El director de la EOI de la capital explica que todos los alumnos, a la hora de presentar la preinscripción, son informados de que al menos tienen que asistir a un mínimo del 30% de las clases. «En caso contrario, el profesor puede solicitar la pérdida de la escolaridad y ya no puede volver a clase, aunque sí conserva el derecho a examinarse», precisa.

Los primeros días del nuevo curso 2014/2015 en la escuela de la avenida de Martiricos no difieren mucho de los últimos años, si bien en esta ocasión, como explica Juan Vicente Vega, para que todos los alumnos hayan podido comenzar las clases, se les ha asignado unos grupos provisionales hasta que entre hoy y mañana conozcan sus aulas y profesores definitivos. Esta situación ocurre en los idiomas con más alumnos, no así en los minoritarios, para los que los estudiantes indican su prioridad horaria cuando hacen la matrícula.