Pertenece al Colegio de Psicólogos de Málaga y asegura que cualquier niño puede sufrir acoso y la principal herramienta que tienen es comunicarlo

¿Qué marca que un niño sufra acoso y otro no?

Primero habría que definir bullying y se produce cuando un estudiante está intimidando a otro y dice cosas desagradables, se ríe de él, le excluye e incluso infunde rumores o mentiras. A partir de ahí, cualquier niño puede sufrir acoso escolar pero la diferencia se marca cuando las relaciones con los iguales se establecen en dominio y sumisión y en ese entorno prevalece la ley del más fuerte. Se establece una relación de prepotencia y vulnerabilidad en muy poco tiempo y se convierte en poder y sufrimiento.

¿Qué herramientas tiene la víctima para parar el problema?

Es muy importante hablar, es una estrategia que todos los niños tienen y deben contar lo que está pasando. No hay que tener miedo a reconocerse como víctima, así tendrá la posibilidad de salir. No hay que normalizar el abuso hay que denunciarlo y los espectadores tienen que saber que hay que denunciar y no ser cómplices.

¿Qué síntomas pueden alertar a los padres de que algo sucede?

Hay una posible conducta de huida y evitación y los padres deben tener en cuenta si ir al colegio les cuesta, si van con miedo, tienen ansiedad, lloran o evitan hablar del colegio en la mesa. Hay una evitación y pueden ser síntomas. También puede haber conductas depresivas si llora más de la cuenta, recurre al malestar físico o dolor y, sobre todo, si se le ve desganado o triste también es para tener en cuenta, al igual que la inseguridad o baja autoestima. Las relaciones sociales es otro síntoma si pasa más tiempo de la cuenta solo o rechaza ir a cumpleaños... Si vemos esto, pueden ser elementos de alerta.

¿Qué papel juegan las redes sociales?

Es un medio que facilita la tarea al acosador porque permite que no se les conozca y es una nueva forma de intimidar. Tanto padres como educadores deben empezar desde pequeños con una formación sobre la seguridad en la red y una conducta ética en este medio, hay que desarrollar habilidades sociales y tener conciencia desde pequeño de lo que es la legalidad.

Como pautas a seguir recomiendo el uso de pseudónimos, ser cuidadoso con los datos y lo que se publica, evitar imágenes y vídeo y tener mucho cuidado con los desconocidos. En caso de que suceda algo comunicarlo. Es algo imprescindible hoy día y hay que formar y educar para un uso sano.

¿Incide sufrir acoso escolar en el desarrollo como adulto?

Sin ser alarmista todo lo que le pasa a una persona deja huella y hay estudios que avalan que el daño psicológico no desaparece y puede ser notable en la edad adulta. Puede presentar niveles depresivos, ansiedad, pánico, sobre todo cuando se exponga a situaciones difíciles e incluso predisposición a enfermedades, pero son algunos estudios. Yo creo que es una problemática que atajándola y hablando de ello se puede resolver y no tiene por qué dejar secuelas.

¿Cuál es el perfil de la víctima?

Cualquier persona puede ser víctima pero algunas de las características que acompañan son la baja autoestima, actitudes y creencias negativas. A veces hay un déficit en las relaciones sociales y dificultades en la resolución de problemas. El ambiente familiar y comunitario puede ser negativo, al igual que hay una percepción negativa del ambiente escolar.

¿Y el del agresor?

Tiene un comportamiento inadecuado en diferentes ámbitos, con actitudes negativas y una autopercepción muy negativa de sí mismos, por ello en la agresión ponen un énfasis que falta en otros aspectos. Suele tener un bajo rendimiento académico y viene de familias con ambiente conflictivo y los progenitores tienen poco control.

¿Qué puede hacer el profesor?

Elaborar conjuntamente con el alumnado normas básicas de convivencia.Los profesores ven quiénes son los líderes, los sometidos... Deben formar comisiones de alumnos que ayuden a mejorar la convivencia e incluso un equipo de mediación.Es muy importante tener en cuenta los espacios ciegos del centro porque son lugares donde este tipo de conductas pueden suceder. Las tutorías hay que utilizarlas para evaluar posibles situaciones de bullying y ciberbullying y con respecto a los espectadores hay que romper la ley del silencio, al igual que el colegio tiene que transmitir que tolerancia cero ante cualquier situación de violencia.