El crédito cae de nuevo en Málaga y frena la recuperación económica

El crédito al sector privado en Málaga no termina de mostrar una tendencia clara de recuperación. Tras un inicio de curso con un ligero repunte, el volumen de préstamos a las familias y empresas malagueñas cayó de nuevo un 0,6% en el segundo trimestre de 2014 evidenciando que las entidades financieras siguen manteniendo grandes restricciones crediticias, ya sea por falta de confianza en los clientes o por la necesidad de seguir profundizando en el desendeudamiento privado que la Unión Europa viene reclamando desde hace años a la economía española. Tras este nuevo descenso trimestral, la caída del crédito vivo en el último año asciende a más de 3.000 millones de euros, quedando el saldo actual en 34.250 millones de euros, según los últimos datos del Banco de España.

Este volumen representa un 28% menos en relación a los máximos que se alcanzaron en 2008 (47.500 millones en Málaga), justo antes de que estallara la crisis. La provincia sigue así anclada, en el ecuador de 2014, en unos niveles de préstamos similares a los de hace casi una década, sin que nuevos créditos vengan a reemplazar a aquellos que se van amortizando.

Pese a las agresivas campañas publicitarias para la concesión de créditos que vienen realizando últimamente los bancos, no son pocos lo que opinan que las entidades financieras aún no tienen la intención de abrir el grifo al cliente. Al menos, no de forma general. El presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, señala que el sector de la agroalimentación y todos los negocios relacionados con la exportación son ahora mismo el foco de interés de los bancos que, sin embargo, no están tan dispuestos a financiar otros proyectos. González de Lara lamenta que, sobre todo, las pequeñas y medianas empresas y los autónomos sigan encontrando tantas dificultades para acceder al préstamo.

«Es cierto que la actitud de los bancos es ya algo distinta porque se les ve más intención de retomar este segmento de negocio que en años anteriores. Pero están buscando sobre todo a empresas de tamaño grande o mediano, y eso sigue dejando fuera a las pymes, que tienen una necesidad tremenda de obtener dinero circulante. Las pequeñas empresas lo están pasando francamente mal», reconoce.

A su juicio, hay también entidades financieras más comprometidas que otras con la concesión de crédito, aunque sin duda un problema común es que el tipo de interés al que se presta en España «duplica e incluso triplica» al de países como Gran Bretaña, Alemania o Francia. «Me quedo en todo caso con que parece haber un cambio de tendencia, aunque el proceso está siendo largo, lento y doloroso», opina.

Un interés demasiado alto

Igual de rotundo en el diagnóstico es el decano del Colegio de Economistas de Málaga, Juan Carlos Robles, que recuerda que el tipo de interés exigido al sector privado oscila ahora mismo entre el 5,5% y el 7%, unos porcentajes que califica como muy altos dentro de la coyuntura actual, en la que el Banco Central Europeo (BCE) ha rebajado los tipos al mínimo histórico del 0,05%. En su opinión, la banca española debería moverse en un entorno de entre el 3,5% y el 4%, algo que no ocurre porque, por mucho que las campañas de los bancos digan lo contrario, aún no hay confianza del mundo financiero hacia las empresas debido a los altos índices de morosidad. En Francia, por contra los préstamos al sector privado se sitúan entre el 2% y el 3% de interés, según sus datos.

«Los bancos en España siguen sin fiarse de las empresas y los particulares. No quieren cargar sus cuentas con préstamos que no saben si tendrán retorno o no. Por eso, lo que hacen es exigir unas garantías inasumibles para la mayoría: avales de familiares, hipotecas... Hasta que esa situación no cambie no comenzaremos a ver un repunte claro del crédito», comenta. El Colegio de Economistas ya diagnosticó hace unas semanas en su barómetro trimestral que, con esta actitud, la banca no hace sino poner piedras en el camino de la recuperación.

«Su negocio es prestar dinero, pero se están empeñando en lastrar la recuperación. Necesitan crecer y para ello tendrán que empezar a vender productos y a competir de una forma razonable; entonces la gente comenzará a consumir», afirma Robles.

Cierre forzado de empresas

El coste de esta sequía crediticia ha sido enorme, según los empresarios. Dos de cada tres empresas de las 12.000 que han cerrado durante la crisis en Málaga cayeron por falta de liquidez como causa principal, aún a pesar de contar con negocio suficiente para salir adelante. Fuentes de la banca, por su parte, han alegado siempre que en esta dinámica ha influido el proceso de desendeudamiento del sector privado exigido por la UE. Ese extremo puede ser cierto, aunque el problema es que el cierre del grifo crediticio fue indiscriminado para todo el tejido empresarial, dejando a muchas empresas solventes sin circulante.

El sector financiero, pese a todo, defiende que con la crisis no hay demanda solvente e incide de nuevo en la necesidad de desapalancamiento que tiene el sector privado. La ratio créditos/depósitos revela que los malagueños adeudan a los bancos en préstamos casi un 64% más de lo ahorrado en depósitos (34.350 millones por 20.948). Es una ratio alta, sin duda, aunque mejora la de comienzo de la crisis, cuando familias y empresas debían un 135% más de lo que tenían ahorrado.

ReaccionesJavier Glez. de Lara. Presidente de la CEM

«La actitud de los bancos está empezando a cambiar pero sólo para empresas de tamaño grande o mediano. Las pymes, por el contrario, siguen teniendo muchas necesidades para acceder a dinero circulante».

Juan Carlos Robles. Decano del Coleg.de Economistas

«Los bancos siguen sin fiarse de las empresas y los particulares. Por eso, lo que hacen es exigir unas garantías inasumibles para la mayoría en forma de avales familiares o hipotecas. Están lastrando la recuperación».