La madre que prostituyó a sus dos hijas gemelas, de tan sólo 16 años, a cambio de dinero a mediados de 2011 en clubes de la Axarquía, será enjuiciada en una vista que comenzará el 25 de enero en la Audiencia Provincial de Málaga.

La Fiscalía pide 39 años de cárcel para ella. El ministerio público sostiene que firmó un contrato con un matrimonio de compatriotas que trajo a las niñas a España y les buscó los locales, primero en Gerona y luego en la Costa del Sol Oriental -Nerja y Torre del Mar-. Éstos, además, las drogaban y las hacían beber para luego obligarlas a mantener relaciones con ellos. Los hechos saltaron a la luz pública en octubre de 2011, cuando las jóvenes denunciaron a su familiar.

El ministerio público pide 280 años de prisión para los siete acusados. A la madre la acusa de dos delitos de trata de personas, dos delitos de prostitución y un quinto de falsedad (39 años). M. C., el hombre que cierra el contrato con la mujer, M. M., se juega 54 años, porque se le acusa además de agresión sexual continuada; su esposa, M. V., se enfrenta a 37 años, y al propietario y un proxeneta de los clubes de Gerona, C.A., se les solicitan 27 años. El dueño de los locales de la Axarquía y su supuesto testaferro, españoles ambos, se juegan cada uno 48 años de prisión. Ambos se enfrentan a un total de 28 delitos de prostitución, dado que 14 fueron las mujeres pilladas in fraganti en sendas redadas en dos clubes de la Costa del Sol.

El matrimonio rumano, a principios de 2011, se concertó para «la captación, trata y explotación de menores de edad -una pareja de gemelas rumanas de 16 años-, las cuales fueron traídas a España ese mes con la finalidad de ser explotadas sexualmente, todo ello tras llegar a un acuerdo por escrito a cambio de precio con la madre de ambas, M. M., quien se las cedió con dicha finalidad», dice la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales.

Las menores fueron llevadas a Gerona, a un local donde I. V. F., el propietario, «las obligó a mantener relaciones». Dice el fiscal que debían estar disponibles las 24 horas del día a «cambio de dinero que les era arrebatado inmediatamente». Antes, se les entregó por M. C., el rumano que concertó con la madre la explotación, documentación falsa.

Una vez en semana, las niñas eran llevadas a Figueras, donde vivía la pareja proxeneta, y las obligaban a ingerir importantes cantidades de alcohol y drogas para a continuación mantener relaciones sexuales completas con ellos y uno de sus primos, menor de edad, dice la acusación. Si no accedían, «eran golpeadas y obligadas a ello». Pidieron ayuda a otras mujeres, y una de ellas y su novio las trajeron hasta Málaga, donde ejercieron como prostitutas en un club de Torre del Mar y otro de Torrox.