­Los vinos malagueños están de moda. Fuera de España, como a principios del siglo pasado, pero incluso en territorios nunca antes conquistados, como los del gran gigante asiático. La recién proclamada primera potencia económica mundial, China, que le ha arrebatado 142 años después tal privilegio a Estados Unidos -según indica el FMI-, se enamoró del jamón serrano y ahora quiere aliñarlo al sabor del caldo moscatel «más delicioso en décadas».

Debemos viajar hasta el corazón de la comarca de la Axarquía, la que vio nacer en Cútar bodegas tan típicamente malagueñas como Quitapenas, para hallar uno de los acontecimientos más extraordinarios de la actual campaña. Antonio Muñoz, nieto de Juan Muñoz Navarrete, fundador en 1927 de las Bodegas Dimobe, nos recibe en Moclinejo -municipio donde además ocupa el cargo de alcalde-.

Así relata cómo de rendido ha caído un distribuidor asiático a la producción limitada que durante los últimos meses se ha convertido en coleccionista de medallas en los más prestigiosos certámenes de la península Ibérica. «Nosotros tenemos una producción anual de unas 100.000 botellas. Pero hemos presentado a varios concursos un caldo exclusivo elaborado a partir de vinos que ya tienen 35 años. La botella tiene un precio de venta al público de 38 euros. La fiebre por esta producción limitada ha sido de tal calibre que querían adquirir las 500 botellas. Pero al final hemos accedido a enviarles la mitad, porque no queremos quedarnos sin poder distribuirla nosotros».

Aquello de que llegará China a dejarnos sin jamón podría empezar a ocurrir con ciertos vinos de la más elevada calidad. Y es que el fenómeno de los moscateles elaborados con uva recolectada en Almáchar o El Borge no deja de crecer. En el caso de Bodegas Ordóñez de Vélez Málaga, con unas 200.000 botellas de producción anual, destaca también que su revolucionario espumoso elaborado a partir de la uva dulce malagueña vaya a duplicar su producción respecto al pasado año, en virtud del éxito que obtuvo durante la pasada Navidad en las mejores mesas del país.

«La Axarquía cada vez se va a dar a conocer más. Ya era famosa hace un siglo, por sus extraordinarias pasas. Pero en materia de vino dulce moscatel durante décadas la comarca antequerana ha sido líder en producción. Lo que está claro es que Málaga produce la mejor uva moscatel del mundo, sin ninguna duda», agrega el propio Muñoz. Con datos oficiales de la Denominación de Origen Málaga y Sierras de Málaga y de la Diputación, el gasto de vino dentro de la provincia se eleva a 31 millones de euros.

Casi 600.000 malagueños consumen habitualmente vino, de los que más de la mitad «han consumido o comprado vino elaborado en la provincia». Y entre las marcas más conocidas encabezan la lista Málaga Virgen, Cartojal, Pedro Ximénez, Quitapenas y CarpeDiem. Más cifras de la importancia del sector: la facturación de las bodegas reguladas se halla cada vez más cerca de los 40 millones de euros, con un tercio de los vinos destinados a la exportación.

En hectáreas, un millar están dedicadas en la provincia al vino. En Ronda se encuentra la mayor concentración de bodegas, en número, dentro de la denominación de origen. Rafael Cordero, técnico agrícola en la zona dentro de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja), relata que 2013 fue un año excepcional en producción de uva. De esta manera es relativo considerar «negativo» que la campaña que va a terminar la próxima semana obtenga un tercio menos de rendimiento en kilogramos.

Al contrario, como argumentan los responsables de las principales bodegas de la zona, la uva más pequeña tiene una mayor graduación y contribuirá a obtener una añada «muy buena o excelente». Los cinco meses de intensa sequía que se han registrado, con lluvias a finales de septiembre, han alterado por otra parte los ritmos para la recolección. «Pero el beneficio fue mayor que el perjuicio», concluye Cordero.

Para este experto, una de las singularidades de comarcas como la suya es la falta de una estrategia común de comercialización. «Los productores son muy individualistas. Tenemos bodegas que ponen en el mercado alemán más del 90% de su producción y otras que también apenas dejan botellas a la venta en Andalucía», indica.

Otros gigantes más cercanos

Si China puede convertirse en un auténtico motor para el despegue en avión de los moscateles malagueños de mayor calidad, el gigante del aceite, Dcoop, va camino de apostar decididamente por otro caldo malagueño de indudable competitividad. En su cartera agroalimentaria ya posee el 40% del accionariado de la Bodega Tierras de Mollina, que produce los vinos CarpeDiem o Monteespejo. Pero ahora ha empezado a incorporar variedades de otras comunidades autónomas, como destaca el director general de Dcoop, Antonio Luque. «Estos acuerdos nos permitirán potenciar aún más los vinos malagueños, al mover más volumen y poder llevarlos a más puntos».

En Fuente de Piedra, muy cerca de Mollina, donde se elabora el cada vez más internacional Málaga Virgen -de Bodegas de la Finca Vista Hermosa-, reconocen que la competitividad es sana entre entidades de la provincia. Así, aplauden premios que han venido este año hasta la provincia, como el Gran Arribe de Oro, que ha logrado el Arcos de Moclinejo Seco PX (Bodegas Dimobe). Lo singular del certamen de este año es que los responsables de la Federación Internacional de Periodistas del Vino comunicaron su intención de otorgarle por primera vez un galardón al vino más votado de España, el más votado de Portugal y el más votado de las Arribes: y el caldo axárquico se ha erigido en el más reconocido.

A finales de este mes, además, en los Premios Mezquita, el mismo moscatel de la propia denominación de origen malagueña recibirá hasta siete medallas adicionales: siete oros, una plata y un bronce. Para un municipio pequeño como Moclinejo, la bodega ha logrado exportar su nombre mucho más lejos de lo que jamás imaginasen sus fundadores o incluso la mayoría de sus 20 trabajadores.

Medio centenar de bodegas

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Málaga cumplía hace poco más de un mes sus 81 años. Su primer reglamento, de hecho, fue publicado en la Gaceta de Madrid en 1935, apenas dos años después de su nacimiento. Mucho más reciente -de 2001- y, lógicamente, bastante menos conocida es la denominación Sierras de Málaga. Ambas denominaciones, sumada la de las Pasas de Málaga, se funden en un mismo Consejo Regulador.

Quienes están al frente del mismo remarcan que Málaga genera anualmente de seis a siete millones de kilogramos de uva, que a su vez permiten comercializar no menos de cuatro millones de litros de vino. Más de la mitad, 2,5 millones, se «califican». Es singular que bajo ese paraguas la provincia haya pasado a regular de 9 bodegas a las 45 actuales en el plazo de apenas 13 años. Y eso que la superficie de viñedo en dicho periodo ha descendido, dentro de la propia normativa reguladora, un tercio. La marca Sabor a Málaga, en los últimos dos años, dentro de sus análisis sobre la industria local vinculada a este sector agroalimentario, remarca que no por producir más se llega más lejos, en relación a la apuesta por la calidad que impone esta regulación.

Hasta 67 municipios malagueños disponen de áreas dedicadas al cultivo de la uva destinada a la producción de vino. Con suelos diferenciados y unas características climatológicas que difieren significativamente del interior a la costa, Málaga se convierte en una especie de España a escala, donde se generan moscateles muy diversos en cuerpo y propiedades. Pero a la vez todos contribuyen en mantener viva una de las típicas referencias de esta parte del territorio europeo.

Y son caldos que están de moda, sin lugar a dudas. En la celebración del pasado cumpleaños de la reina Isabel II se sirvió en Gales el moscatel naturalmente dulce número 2 Victoria, el mismo que logró regar el banquete de entrega de los Premios Nobel de 2012 o el de la Gala 2013 del Instituto Español Reina Sofía de Nueva York.