La dirección de Limasa implantó hace meses la obligatoriedad para los conductores de vehículos de recogida de carga lateral (unos 150) de llevar un teléfono móvil o pda para fotografiar los contenedores de basura y de esta manera conocer su posición, su estado y la situación en que se encuentran.

Deben hacerlo cuando detienen el vehículo para que los operarios vuelquen el contenedor en el camión. Justo antes de ese instante deben manipular el móvil para sacar la foto, lo hacen con el vehículo parado, pero en conducción ya que está ocupando la vía correspondiente.

El comité de empresa denuncia esta práctica por considerar que supone un peligro para el conductor y para la circulación rodada y por considerar que está «expresamente prohibida» en la Ley de Seguridad Vial. Esa ley, en su reglamento, indica en su artículo 18.2 que «se prohíbe la utilización durante la conducción de dispositivos de telefonía móvil y cualquier otro medio o sistema de comunicación».

Esta práctica ha supuesto ya la imposición de varias multas por agentes de la Policía Local y la advertencia de estos agentes para que no continúen con la misma, según relata el presidente del comité, Manuel Belmonte.

El comité dice haber instado en varias ocasiones a la dirección de Limasa para que elimine esta práctica, «pero la empresa se ha negado», incluso, añade Belmonte, «ha amenazado con sancionar a los conductores que se han negado a usar el móvil».

Finalmente, el comité se reunió con jefes de la Dirección Provincial de Tráfico, «que nos dieron la razón y nos trasladaron un escrito en el que se señala que sólo pueden hacer uso del móvil, policías, bomberos y ambulancias». Ante la negativa de la empresa a eliminar esta práctica han decidido interponer una demanda de conflicto colectivo para que un juez «les obligue a parar esta práctica ilegal», aseguró Manuel Belmonte.

La empresa, por contra, considera que «todo es legal», pues hemos realizados consultas a Tráfico y a la Policía Local y nos informan de que lo que hacemos es correcto», señaló el concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez.

La interpretación que hace la empresa «corroborada por la DGT», es que aunque el vehículo está en conducción, «está en servicio», pues está recogiendo los contenedores.

Se trata, explica Jiménez, de algo similar a lo que hace un taxista cuando para el vehículo para dejar a un pasajero y manipula el tacógrafo para darle la factura. Esta interpretación de «estar en servicio» es la que convierte en legal la manipulación del móvil. «El comité no quiere porque rechaza que tengamos un control de los contenedores, de su disposición y de su estado», concluyó Raúl Jiménez.